¿Y
QUIÉN CURA A LOS CURADORES?
Reflexiones
en torno al nuevo modelo del Salón (Inter) Nacional de Artistas.
Yo
sigo creyendo en este modelo del Salón con perspectiva internacional, pero
entiendo los reclamos de la comunidad artística excluida de este importante
evento encabezada por Nadín Ospina quien desde hace unas semanas alborotó el
avispero con una declaración que ha puesto en marcha a los Escuderos del Salón,
en su mayoría vinculados bien sea por afinidad al Ministerio de Cultura y a la
Universidad de los Andes. Interesante sería analizar esta relación entre estas
dos importantes instituciones, desde que el Ministerio se creó, pero eso no nos corresponde en este momento. La
pelea se ha dado más en Bogotá (bueno eso es lo que se ve en Esfera Pública).
Pero en el espacio que he creado recientemente en Facebook Crítica Pública,
otras voces se han expresado y la balanza se inclina al otro lado. Imposible
ignorar los reclamos de Nadín Ospina y de Jorge Peñuela así como varios
artistas y actores culturales de regiones. En Medellín se
guarda un silencio sepulcral como para evitar ser señalados. El malestar está
instalado sin lugar a dudas y no se puede ignorar.
El
Salón debe desaparecer o cambiar se insistía desde finales de los años noventa
y ahí va cambiando poco a poco. Recordemos ese famoso debate de hace unos trece
años en Columna de Arena. Hoy Jaime Cerón como asesor de Artes Plásticas del
Ministerio de Cultura tiene una gran experiencia en materia de gestión cultural
y en previas reuniones que él organizó con el medio artístico por ejemplo en la Universidad Nacional, cuando se
posesionó en su cargo, recogió varias posturas. Lo que está sucediendo ahora,
Cerón de una u otra manera lo puso en marcha cuando tuvo a cargo la dirección
artística y la producción del 41 Salón Nacional de Artistas “Urgente” que se
desarrolló en la ciudad de Cali en el 2008. Aquí por primera vez se creó un comité
curatorial y uno se esos curadores fue extranjero: Natalia Noorthoorn; el artista Wilson Díaz quien
hizo parte del comité, me confirmó recientemente la visión de este salón y la
camisa de fuerza que tuvieron para tener que incluir las propuestas
curatoriales de las regiones en este salón como una directriz del Ministerio, estas desde entonces ya eran una piedra en el zapato.
Yo visité este salón y encontré algo muy importante: se pudo ver
obras de artistas nacionales que dialogaban y se confrontaban con artistas de gran trayectoria internacional como León Ferrari, Kara Walker, Luis Camnitzer, Francis Alÿs, Marta Rosler entre otros: cosa que anteriormente se estaba diluyendo en los procesos curatoriales
que insistían en un cierto arte relacional, que por cierto no hacía honor para
nada a Nicolas Bourriaud. Los regionales llegaron al salón agotados, los
curadores ya no tenían plata para invitar a los artistas de región y la gran
mayoría de exposiciones regionales se quedaron cortas frente a lo que se
presentó en el colegio donde hubo obras de muy buena calidad. Premeditado no lo sé, pero esto es una realidad. la muestra internacional que dialogaba con lo nacional fue lo mejor del salón. El nuevo modelo de esta versión tiene mucho del Salón 41 y, el hecho que el director artístico de ese momento sea hoy el máximo impulsor de este modelo desde el Ministerio despeja toda duda.
Creo
que ha hecho falta informar al medio en lo que consiste este nuevo Salón. Y
Cerón invitado recientemente a la Universidad de los Andes, a propósito del
revuelo que se ha generado ha explicado su postura. Hay muchas dudas al
respecto, sobre si en verdad hubo convocatoria de artistas, tal como solía
suceder en el pasado con el antiguo modelo del Salón, que mediante convocatoria
pública y abierta se reunía a una comunidad de artista y se premiaba a varios
artistas como en un reinado de belleza. Este modelo, que José Roca llamó en su
momento como el ejemplo perfecto de la “Demagogia Participativa”, estaba en
crisis, y se cuestionaba la legitimidad del premio. El premio a los artistas ha
desaparecido y en cambio esos dineros se han invertido para ampliar la visión
curatorial y bolsas de apoyo económico a los artistas.
Al
final de los noventa del siglo pasado, desde el recién creado Ministerio de
Cultura, se comenzó a modificar este modelo. Los asesores del Ministerio de
Cultura como Andrés Gaitán y Miguel Sotelo, impulsaron el cambio con el famoso
“Proyecto Pentágono”, que desafortunadamente se desarrolló a mitades por falta de prespuesto y desde entonces yo veía el asunto de las curadurías con mucha atención. Tal cambio contó con el apoyo de personajes muy influyentes como José
Roca (entonces Director de la Sección de Artes Plásticas de la BLAA) y Jaime
Cerón (Gerente de Artes Plásticas del Instituto de Cultura y Turismo hoy
IDARTES). El modelo que daba cabida a los curadores en verdad era prometedor.
En los numerosos foros de debate que se realizaron en su momento
particularmente en universidades y academias de artes y en Columna de Arena
(dirigido por José Roca), se discutió ampliamente sobre este nuevo modelo.
Resultado el siglo XXI, comenzaría con un nuevo modelo donde las curadurías se
impondrían y se apoyarían. Luego Javier Gil de la mano de Clarisa Ruiz, desde
el Ministerio de Cultura hicieron lo suyo, pero el Salón se diluyó tanto con la
demagogia de incluir las regiones en el evento del salón que recogía de manera
desgastada lo de los regionales. Ese modelo no estaba ya funcionando, tal como
lo hizo saber Nicolas Bourriaud en Cartagena cuando se reunió con el grupo
gestor Mal de Ojo y el asesor de Ministerio Javier Gil en Cartagena, donde se realizaría el 42 Salón
Nacional de Artistas.
El
Salón se mostraba de manera desgastada, solamente dando cuenta de lo que había
pasado en los regionales. Yo personalmente no estaba de acuerdo con volver a
mostrar lo de los regionales en los nacionales pues eso me parecía sin sentido.
La metáfora que yo empleé entonces fue el de la vuelta a Colombia: al final
todos los proyectos curatoriales llegan cansados a la meta desde las regiones,
con poco dinero y sin artistas. El Salón Nacional se convertía en un espacio
que daba cuenta de lo que pasó en región pero ya sin la misma intensidad. Había
entonces mucho plotter y mucha fotografía que mostraba los procesos
curatoriales pero de obras de arte poco. Propuse entonces la idea polémica de des-regionalizar el salón.
En
este sentido podemos deducir con mucha claridad, que esto no es para nada
improvisado, sino un proyecto pensado institucionalmente que lleva ya poco más
de quince años de ejecución. El modelo del salón con las curadurías regionales,
y luego las nacionales generó mucha expectativa, pero también muchas dudas y
suspicacias sobre todo de cómo se elegía a los curadores: el caso “de
clientelismo” entre María Ángela Méndez (jurado) y Lucas Ospina (curador
premiado con una curaduría regional) fue el escándalo más grande del momento; ahora
Nadín Ospina denuncia algo similar con el Salón (Inter) Nacional donde el
curador en cuestión es invitado como artista cuando la Directora Artística es
María Ángela Méndez. Al parecer esto no está muy claro. Pero la historia en
nuestro país nos ha dado innumerables ejemplos de clientelismo, como por
ejemplo cuando un connotado historiador
de arte, premió a su compañera sentimental con el premio de ensayo del IDCT. No
se declaró impedido para ello. Basta con ver las actas de tales premios y se
corroborará lo que digo.
El
anterior modelo de Salón, que es el que defiende Nadín Ospina, tenía sus
bondades y eso nadie lo cuestiona. Que se siga insistiendo y desconociendo
ciegamente la importancia histórica de este espacio no tiene sentido. El tire y
afloje entre un modelo pasado y uno nuevo se dio entre una nueva generación de
actores culturales del campo de arte y los anteriores. Entre los primeros en
esa famosa década de los noventa que habrá que estudiar en detalle estaban
vinculados en cargos directivos de tres
grandes instituciones con gran influencia: La Sección de Artes Plásticas del Banco de la
República (José Roca), la gerencia de artes plásticas del IDTC (Jaime Cerón) y
el recién creado Ministerio de Cultura (que en últimas ha tenido la
responsabilidad de administrar el Salón (Andrés Gaitán, Miguel Sotelo, Javier
Gil y ahora Jaime Cerón). Un grupo emergente de curadores y gestores
culturales, asumen la difícil tarea histórica de despojar y dejar de lado a sus
predecesores (Eduardo Serrano, Miguel Gonzales, Beatriz Gonzales y Alberto
Sierra por nombrar solamente algunos) y asumir la vocería de las políticas
culturales. Es decir es un asunto de poder institucional.
Lo
que aún no está muy claro en este nuevo modelo, es ¿quién o quienes curan a los
curadores? La cuota de las regiones sigue pesando mucho y esto debe resolverse de la mejor manera.
Hay muchas cosas que se tendrán que corregir a futuro, por lo tanto yo pongo un
voto de confianza en este modelo. Pero creo que se debería pensar en incluir a un
curador que recoja la memoria y tradición en una visión histórica, para que los artistas
consolidados sigan teniendo visibilidad o simplemente insistir que este espacio
es un espacio donde se muestra lo no visto.
Yo
tengo una hipótesis muy seria al respecto: lo que está sucediendo ahora es lo
mismo que ha venido sucediendo desde el siglo XIX: el proyecto nacional se
impone frente al proyecto federal o regional. El salón (Inter) Nacional de
Artistas por lo que parece se hará sin contar con las regiones, según las declaraciones de su directora artística María Angela Mendez. El Salón sigue
siendo centralizado y coordinado desde Bogotá. Así se invite a las regiones
incluyéndolas como sede, el caso de Medellín ahora. Lo que hay que ajustar, es
como articular tradición y contemporaneidad y dar cierta autonomía a las
regiones. Los artistas reconocidos y consolidados, vuelvo e insisto, deben
tener aún un espacio en este gran evento y para ello, creo que hay que pensar
más en que cómo se escogen los curadores y las direcciones artísticas de los
salones. El ministerio (como institución estatal por lo tanto pública) debe
elaborar unas reglas claras para que existan incompatibilidades sobre los
participantes y beneficiaros de sus apoyos y estímulos económicos: por ejemplo
si se ha sido ganador de una curaduría regional, no se puede ser jurado y luego
ser director artístico hasta pasado al menos cuatro o cinco años. Así se evita
caer en lo que se ha caído: tu me premias yo te premio. Es esto lo que levanta
muchas suspicacias y dudas sobre las bondades de este nuevo modelo que sin duda
las tiene, pues al fin y al cabo de dineros estatales se trata y en ese sentido
cualquier ciudadano puede según la constitución del 91, entablar una querella legal
contra el Ministerio de Cultura y creo esto debe evitarse.
Por
ahora restar esperar esta nueva versión del Salón con el componente
internacional e imaginar el Salón (Inter) Nacional de Artistas en su próxima
sede: cuando ya han pasado varias de las ciudades importantes… Bogotá lo será
sin duda, pues no creo que sea en Villavicencio, en Ibagué, en Bucaramanga, ni
en Pasto, con el respeto que merecen esas ciudades. Así las cosas, ¿tendrá
sentido seguir insistiendo en esa vuelta a Colombia? Yo creo que lo que se debe
apoyar desde el Ministerio son las regiones como sucede por ejemplo en varios
países. En Francia existe los FRAC: fondos regionales de arte contemporáneo,
que obtienen dineros del Ministerio de Cultura, y se autofinancian también con
apoyos locales públicos y privados. Esto genera un cierta autonomía en la
gestión. Algo similar sucede en España. ¿El modelo federal que se fue al trasto
con el modelo político y cultural conservador de Núñez y Caro a finales del
siglo XIX, sigue teniendo vigencia en nuestra época? Quisiera pensar que no. Ya no se puede echar
atrás. Lo único que se puede hacer es garantizar el disenso,
pues este es muy importante en un Estado de Derecho. Podemos estar o no de
acuerdo con ciertas posturas u opiniones; sin embargo estas diferencias son las
únicas que garantizan la construcción de una crítica crítica. Los modelos
culturales tendrán éxito, solamente si incluyen en sus políticas culturales las
posturas críticas. De manera que bienvenidas las reflexiones que ayuden a no estancarnos
sino avanzar.
Ricardo Arcos-Palma.
18 de agosto del 2013.
Algunos cuestionamientos al Salón (Inter) Nacional de Artistas, por Nadín Ospina:
Entrevista a Jaime Cerón, Asesor de Artes Plásticas del Ministerio de Cultura.:
Declaraciones de María Angela Mendez, directora Artística del Salón 43:
Crítica Pública, nuevo espacio de discusión el facebook, coordinado por Ricardo Arcos-Palma:
UN Análisis, programa de UN Radio dedicado al Salón (Internacional) de Artistas:
http://www.unradio.unal.edu.co/detalle/cat/un-analisis/pag/2/article/viernes-de-cultura-27.html
Oiga, Mire, Vea. Vistazo Crítico al 41 Salón Nacional de Artistas, por Ricardo Arcos-Palma:
Del Salón Nacional al Salon (Inter) Nacional de Artistas, por Jaime Cerón:
Bienvenidos a la Fundación Salón (Inter) Nacional de Artistas, por Jorge Peñuela:
No a la muerte del Salón Nacional de Artistas (recolección de firmas), por Nadín Ospina:
Las regiones en el Salón (Inter) Nacional, entrevista a Javier Mejía, curador del 43 Salón, por Jaime Iregui:
http://esferapublica.org/nfblog/?p=63761
41 Salón Nacional de Artistas en Cali:
http://www.urgentecali.org/
43 Salón (Inter) Nacional de Artistas en Medellín:
http://43sna.com/
41 Salón Nacional de Artistas en Cali:
http://www.urgentecali.org/
43 Salón (Inter) Nacional de Artistas en Medellín:
http://43sna.com/
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