El INMIGRADO
"Luciaaaanoooo el inmingraaaadoooo"... Ese es el habitual saludo matutino del viejo. Salía cada mañana de su habitación que con el pasar de los años, se había convertido en una verdadera y penumbrosa caverna. Portarretratos con fotos de su amada difunta, hijos y nietos, estantes, lámparas, libros por aquí y por allá entre los que vislumbro "Los mejores discursos de Gaitan" "El mundo es ancho y ajeno" "Cien años de soledad" y uno que me ha contado lo tiene fascinado en este momento "Los pilares de la tierra" ... carátulas de vinilos apiladas en el suelo que parecen columnas, un piano Zimmermann que aun toca pero no con la misma destreza de antes, pues los largos años de alejamiento de la música, tras la muerte de su amada y la artritis de sus ochenta y tantos años, le impedían tocarlo como lo hacia en sus años de juventud… un televisor Toshiba, un computador y una tablet Appel, cada uno sintonizando cadenas de noticas españolas y francesas hacían de esta habitación algo similar a un búnker de un hacker.
Esa mañana como otras tantas, sale de su habitación escuchando noticias en su celular a todo volumen, vestido con su levantadora del "barsa" pues "tiene los colores de mi equipo favorito ¿no ve?" me repite cuando la memoria le hace malas pasadas, y olvida que ya me ha contado una y otra vez las mismas historias como aquella que narra con emoción mientras su voz parecía armonizar con sus manos temblorosas; esa historia fue hace muchos años atrás...
Fotograma de Memorias de una canción |
Se embarcó por primera vez desde Cartagena de Indias rumbo a España por allá a mediados de los años sesenta del siglo pasado, a bordo del mítico Satrùstegui, que iba y venía cubriendo la ruta 2 en el Caribe, tratando de escapar de esa Bogotá fría, pacata y mojigata que no acogía bien a sus provincianos y menos si tienen sangre de esclavos sublevados como era su caso. San Andrés de Tumaco, puerto en el Pacifico nariñense, aún gozaba de cierta bonanza, sus bellas casas de madera, el tren de El Diviso, la pesca, la minería, la industria maderera habría traído oleadas de viajeros chinos, italianos y alemanes que comenzaron a hacer fortuna en esa tierra olvidada por los distintos gobiernos y a mezclarse con los descendientes de esclavos que eran propietarios de esas tierras que se inundaban con cada capricho del mar y por quienes hasta ese momento nadie daba un peso. Ese olvido se rompió en la época en que el General Rojas Pinilla fue presidente recuerda el viejo. Tumaco dejó de ser un par de islas olvidadas y fue conectado con el resto del país con las nuevas rutas de aviación y carreteras pavimentadas; pero esa apertura al país, trajo consigo a malandros y mafiosos del interior del interior "los paisas" que terminaron haciendo de este paraíso en la tierra-mar, uno de los infiernos en este mundo donde los nuevos dueños son narcotraficantes y delincuentes de todo pelambre.
Su ciudad natal, comenzaba a ser un húmedo y caluroso recuerdo, tal y como lo plasmó varias décadas después en una nostálgica melodía compuesta en un frío otoño parisino: “¡Oh Tumaco en mi distancia / como quisiera escuchar / en tu silente nocturno / la música del palmar… Bocagrande tus sus paisajes / ¿quién los pudiera salvar? / tus ardientes playas sollozan / por la muerte del palmar... ¡Oh Tumaco tus recuerdos / en mí siempre vivirán / tus palmeras en tus playas / ¡nunca nunca morirán!... ” Esas melodías que se mezclarían con inolvidables recuerdos de olor a mar, mangle, pescado y caimito... lleno de imágenes de niñez y adolescencia que retrataban familias de viajeros italianos que llegaron a esas tierras en busca de oro de aluvión y, terminaron enraizados para siempre con una sola riqueza: el deseo de seguir viajando, pues en esas cuatro generaciones no lograron ni llenar una bolsa de pepitas de oro...
Su natal Tumaco hacia 1930 |
Su ciudad natal, comenzaba a ser un húmedo y caluroso recuerdo, tal y como lo plasmó varias décadas después en una nostálgica melodía compuesta en un frío otoño parisino: “¡Oh Tumaco en mi distancia / como quisiera escuchar / en tu silente nocturno / la música del palmar… Bocagrande tus sus paisajes / ¿quién los pudiera salvar? / tus ardientes playas sollozan / por la muerte del palmar... ¡Oh Tumaco tus recuerdos / en mí siempre vivirán / tus palmeras en tus playas / ¡nunca nunca morirán!... ” Esas melodías que se mezclarían con inolvidables recuerdos de olor a mar, mangle, pescado y caimito... lleno de imágenes de niñez y adolescencia que retrataban familias de viajeros italianos que llegaron a esas tierras en busca de oro de aluvión y, terminaron enraizados para siempre con una sola riqueza: el deseo de seguir viajando, pues en esas cuatro generaciones no lograron ni llenar una bolsa de pepitas de oro...
La familia desde el comienzo creció mientras se mezclaban como no, con esas hermosas negras quienes terminaron agrandando la estirpe con hijos e hijas por doquier, pues de esclavas pasaron a ser las mejores amas de casa. Hecho que por cierto hacia imposible trazar un árbol genealógico, pues más que un árbol semejaba un mangle. ¡Què diablos iba a imaginar Jacopo Negretti Palma il Vecchio que uno de los hijos de su sobrino nieto el pintor discípulo de Rafael y Tiziano, Antonio di Jacopo Negretti apodado para diferenciarlo de él, Palma il Giovani, terminaría abandonando a bordo de una embarcación española, esa Venezia renancentista de palacios y hermosas plazas para llegar a esa otra Venezia en esas costas húmedas y salvajes de los Tumaco en un rincón perdido del Pacifico de Vasco Nuñez de Balboa en la Nueva España, donde en vez de góndolas habrían piraguas y canoas de guayacán.
El viajero italiano que había adoptado el apellido que daría prestigio a sus familiares artistas según lo reseñó Vassari, llegaría como muchos otros atraído por esas tierras donde el sol se reflejaba en las piedras que son de oro; con esas historias hasta el más cuerdo pierde la razón y se va hasta los mismísimos infiernos; él había llegado a buscar gloria y fortuna para comprar la gracia de los Reyes de Castilla que se traduciría en un edicto real que lo haría acreedor de un título nobiliario y así poder levantar un convento que regiría su hermana, quien terminó casada con un pastor de poca monta en Andalucía, pues nunca se logró reunir la suma necesaria para comprar el título real.
Isaías Palma fue uno de esos descendientes de ese navegante y tuvo algunos hijos entre quienes estaba su abuelo que también se llamaba Isaías. De ahí nació Don Ricardo, su padre, quien llegó a ser Alcalde de Tumaco por el Partido Conservador. Era épocas en que ya comenzaba la Violencia a ensombrecer el país, lo que le llevó a dejar la política: uno de sus hijos Ricardo "quien siempre vestía muy elegante de blanco" fue asesinado por liberales, recuerda con amargura el viejo. Quizá ese fue el motivo principal para que su padre le empujara a partir. Él tuvo otros hermanos y hermanas, Oscar el pintor que murió pintando el mismo atardecer marino tumaqueño con la obsesión de un pintor oriental, Marien, Jesus, Guillermo, Mariana, Esther y Zoila y Daira de hijas de otras madres, y que fueron criadas bajo el cuidado de la abuela Guillermina; todos hijos de Doña Mariana Luisa y Don Ricardo de lo que se conoce pues el abuelo al parecer era un amante empedernido.
El viajero italiano que había adoptado el apellido que daría prestigio a sus familiares artistas según lo reseñó Vassari, llegaría como muchos otros atraído por esas tierras donde el sol se reflejaba en las piedras que son de oro; con esas historias hasta el más cuerdo pierde la razón y se va hasta los mismísimos infiernos; él había llegado a buscar gloria y fortuna para comprar la gracia de los Reyes de Castilla que se traduciría en un edicto real que lo haría acreedor de un título nobiliario y así poder levantar un convento que regiría su hermana, quien terminó casada con un pastor de poca monta en Andalucía, pues nunca se logró reunir la suma necesaria para comprar el título real.
Isaías Palma fue uno de esos descendientes de ese navegante y tuvo algunos hijos entre quienes estaba su abuelo que también se llamaba Isaías. De ahí nació Don Ricardo, su padre, quien llegó a ser Alcalde de Tumaco por el Partido Conservador. Era épocas en que ya comenzaba la Violencia a ensombrecer el país, lo que le llevó a dejar la política: uno de sus hijos Ricardo "quien siempre vestía muy elegante de blanco" fue asesinado por liberales, recuerda con amargura el viejo. Quizá ese fue el motivo principal para que su padre le empujara a partir. Él tuvo otros hermanos y hermanas, Oscar el pintor que murió pintando el mismo atardecer marino tumaqueño con la obsesión de un pintor oriental, Marien, Jesus, Guillermo, Mariana, Esther y Zoila y Daira de hijas de otras madres, y que fueron criadas bajo el cuidado de la abuela Guillermina; todos hijos de Doña Mariana Luisa y Don Ricardo de lo que se conoce pues el abuelo al parecer era un amante empedernido.
El viaje hacia España duraba dos meses y en las noches estrelladas del Atlántico las historias de los viajeros los reunía en la cubierta y generaba lazos de amistad que incluso se extenderían más allá del puerto de llegada. Ese fue su primer viaje, pues luego haría otro de regreso para ir en busca de su amada y sus dos hijos; todo le pareció un deja vu, cosa que confirmaba que era descendiente de navegantes. El Satrustegui dejaba la última parada en Tenerife en las Islas Canarias y el Viejo gran conversador, había simpatizado con dos personajes de acento español, pues coincidan en muchas cosas, sobre todo en la crítica a un gobierno corrupto como el colombiano que había sumido a su pueblo desde hace poco más de siglo y medio en una miseria imperdonable. Al llegar a Cádiz, Manuel y Domingo, le darían el nombre de un amigo de ellos que le hospedaría sin ningún problema en Madrid, donde comenzaría sus estudios de medicina, que abandonó rápidamente gracias a sus otros dos amigos Clemente Díaz y Juanito Sánchez con quienes formarían su primer grupo musical Los Trópicos. La música la llevaba en las venas y ese era su destino. Y como no iba a ser de esta manera, si los niños crecían en manos de nodrizas y comadronas que cantaban y bailaban mientras hacían los oficios domésticos, y ese fue su caso como cientos de descendientes de esa noble estirpe de esclavos insurrectos mezclados con locos alucinados que llegaron a esas tierras tropicales abandonadas de la mano de dios.
Los colombianos eran bien recibidos en España, pues los gobernantes de este país, siempre se reconocieron -buenos y piadosos lacayos-, como los descendientes de la Madre Patria. Con el falangista Primo de Rivera esto se ratifico y se concretò tal servilismo en la firma del pacto del Frente Nacional entre liberales y conservadores donde prometieron hacerse pasito y, repartirse el poder "una tu otra yo", y juraron sobre la hostia y el cuerpo de Jesus Cristo redentor salvar el Patria del Sagrado Corazón de Jesus, de las garras del demonio rojo.
Eso sí, esos jóvenes estudiantes no tenían que meterse en asuntos de política, pues siempre estaban espiados por agentes de la Brigada de Investigación Social-BIS en la universidad. El viejo recuerda un episodio en la que un gran amigo de infancia "Chelao" que era seminarista, hizo escala en Madrid, pues iba rumbo al Vaticano, donde el Papa Pablo VI lo consagraría siervo de Dios. Se encontraron con el cura, fueron a comer tapas y boquerones en los restaurantes donde él tocaba guitarra y cantaba con sus amigos cerca a la Plaza Puerta del Sol. El cura le trajo cartas de su amada, familiares y noticias de su país. Las cosas en Colombia van de mal en peor, las guerrillas liberales se han fortalecido y han creado un bloque llamado las FARC. "Eso quédate por estos lados -le dice el cura su amigo- que eso esta muy complicado allá".
A los pocos días, el joven Otto es convocado por la policía y lo interrogaron, "¿quién es ese personaje con sotana? ¿qué es usted para él?, etc etc, Al ver que su versión coincidía con la de sus otros dos amigos que también habían sido interrogados al mismo tiempo por separado, pudo salir de la comisaría. Meses después se enteró por una carta enviado por Chelao que él también había sido interpelado a bordo del tren que lo llevaba a Italia, por dos policías que le preguntaron ¿cuál era el vínculo con esos tres estudiantes colombianos con los que había estado en Madrid? La BIS por esos años no jugaba y tenía de qué preocuparse pues la resistencia antifranquista estaba renaciendo.
En efecto, la resistencia republicana comenzaba con cierta fuerza a tomar espacio en la sociedad española; conformada por el incasable activismo de anarquistas, socialistas y comunistas de las sometidas guerrillas, que habían sido seriamente disminuidas desde finales de los cincuenta; pero para la mitad de los años sesenta, ya estaba reorganizándose políticamente. La política represiva del Estado pone en ruta un plan de desapariciones y ejecuciones extrajudiciales. El movimiento obrero y anarcosindicalista liderado por la CGT y el movimiento estudiantil iba en aumento pese al fusilamiento del líder comunista Julian Grimau y los anarquistas Granado y Delgado en 1963. En las universidades circulaban aun periódicos como España Libre, editado por los exiliados republicanos en New York y cantidad de panfletos y propaganda. De esta manera, la resistencia antifascista hacía contrapeso a la prensa franquista como el ABC. Y los "enlaces" aún hacían labores de agitación entre los estudiantes organizando lo que vendría años después, la toma del poder democrático del PSOE tras la muerte del dictador. Los toques de queda igualmente se rompían, a cambio de algunas pesetas, que "el sereno" haciendo caso omiso al "generalísimo", tomaba y dejaba salir de la residencia de estudiantes a ese trío de colombianos que irían de taberna en taberna a cantar boleros. De ahí migrarían con su amigo Clemente a Malaga dónde se inscribirían en el conservatorio de música y se ganarían la vida en cabarets. Aun hoy en los ficheros de ese conservatorio se pueden ver las fichas de sus nombres en la lista de estudiantes.
El Viejo recuerda vestido de su levantadora del barsa mientras toma café con tostadas, que ese no es un ambiente para él donde fácilmente podían encontrar a conspiradores y delatores. Él seguía pensando en su amada y su dos hijos que le esperan en Colombia. Y es en una de esas noches de escapada para hacer algún dinero, - pues el gobierno de Colombia a través de su programa ICETEX no les ayudaba en lo más mínimo, pues dichas ayudas solo iban a hijos de diplomáticos y la elite política-, cuando se entera que al otro lado de los Pirineos, hay un aire de libertad que por supuesto le atrae. Cortazar estaba allí, y llegarían muchos otros escritores como Garcia Marquez, Carlos Fuentes y Vargas Llosa entre otros que conformaron lo que Claude Couffon llamó el Boom Latinoamericano, así como otros que comenzaban a engrosar esa larga lista de exilios de los latinoamericanos perseguidos por las dictaduras .
Así llega en el año 67 a París, y ya la cosa estaba calentándose socialmente. Dani el Rojo, como se le conocía a Daniel Cohn-Bendit era un líder visible y era militante de la Liaison des Etudiants Anarchistes (LEA) que se convertirá luego de la expulsión de la universidad, en Noire et Rouge. El ambiente universitario de Nanterre, de la Sorbonne y Vincennes era extremadamente agitado. Los jóvenes insolentes como Foucault, Derrida, Sollers, Kristeva, Barthes, Cixous, Deleuze entre muchos otros están pensando un mundo más abierto y el joven Miterrand ya sueña con ser presidente. De Gaule obviamente no era Franco, allí existía más libertad y los comunistas co-gobernaban con el líder de la resistencia y símbolo de la liberación de la Francia durante la ocupación nazi.
El joven músico se hospedó en una chambre de bonne en el Quartier Latin, justamente muy cerca a su primer lugar de trabajo el mítico L'Escale situado en la rue Monsieur le Prince. El palacio de la música latinoamericana, así se le conocía a este lugar fundado por los integrantes del grupo Los Machucambos Rafael Gayoso (España), Julia Cortes (Costa Rica) y Milton Zapata (Peru) y Romano Zanotti (Italia) quien reemplazaría a Milton pues este fundaría Los Koyas donde tocaría Otto. Por este lugar pasaron los más importantes cantantes de America Latina como Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui, Inti-Illimani, entre muchos otros. En el aire se sentía ya los vientos de esa primavera del 68, que los comunistas consideraron como una revolución pequeño-burguesa. Obvio no la apoyaron pues ellos temían que pasará lo de la primavera de Praga y eso sería darse ellos mismos un golpe de gracia por su cercanía a la Unión Sovietica, pues estaban en toda Francia co-gobernando después del fin de la guerra.
Del otro lado del continente ese año se había declarado el año del guerrillero heroico, en homenaje al Che Guevara; Fidel y Camilo así como los otros barbudos eran símbolo de libertad, como el rock y las mini-faldas. Otto comenzó su primer trabajo nocturno reemplazando la voz y la guitarra de un paraguayo exiliado que terminó dejándole su puesto. Las canciones protesta, se mezclaban con el son cubano y terminaban esas jornadas muy al amanecer con lo que sería ya un himno compuesto por Silvio Rodriguez, que la juventud rebelde francesa que frecuentaba el lugar hizo como suyo fumando gitanes y soñando hacer la revolución con los jóvenes latinoamericanos. La masacre de Tlatelolco despertó la solidaridad así como los perseguidos y exiliados del terrorífico Plan Cóndor : "Aprendimos a quererte / desde la histórica altura / donde el sol de tu bravura / le puso un cerco a la muerte..." Por esos años siendo el único cantante colombiano en ese lugar, decide incorporar canciones como La Mina de Leonor Gonzalez (la negra grande de Colombia) que se acompañaban de canciones de Yupanqui (me matas si no trabajo, a desamlambrar, etc) Es en esta ciudad donde posaría sus maletas y dejaría crecer su barba pues los barbudos al mejor estilo de la Revolución Cubana estaban de moda.
A Manuel y Domingo los volvería a encontrar cinco años después, a bordo del mismo Satrustegui en Cartagena dude Indias, cuando el joven músico regreso por su esposa y sus dos hijos. Le sorprendió que esta vez, una escolta de cinco policías, los llevaba hasta el barco allí en el puerto de Cartagena de Indias. Se abrazó con Manuel y Domingo, les presentó a sus dos hijos Ottico y Tomás y a su esposa Lina Rosa, y de paso les dijo con su generosa risa cómplice: "Ustedes estaban muy bien acompañados no?" y entre risas se fueron a sus respectivos camarotes. Durante ese viaje, supo que esos dos viajeros eran curas, y que habían sido expulsados por el gobierno del "pelado Lleras" por acciones "subversivas" pues estos curas se habían dedicado en el barrio popular Olaya cerca a Cartagena, a enseñar el testamento según la prédica de los curas obreros franceses y belgas, que ya habían constituido lo que el grupo Colconda hizo conocer como La Teología de la Liberación.
El joven músico y su amada simpatizaron con esto personajes pues les recordaba a Monseñor Gerardo Valencia Cano, que Lina Rosa admiraba, pues supo que se dedicó en los alrededores de Buenaventura donde ella había nacido, a sacar a los negros de las orillas de los ríos Dagua, Anchicaya, Mayorquin, Yurumangui, Calima, Aposo, Cajambre, San Juan y Naya donde vivían desde épocas de la colonia olvidados de la mano de Dios y darles una educación digna. De hecho el viejo recuerda que su primer trabajo fue como profesor en Buenaventura y ese gusto por la pedagogía lo cultivó desde pequeño cuando cursaba estudios en el colegio Tumaco fundado por el alemán Max Seidel Klaustwurst (Leobsschuetz 1881-Tumaco 1958) quien siguió los pasos de Frederich D'Crozt (Hamburg 1798-Beunaventura 1880) y de Alexander Von Hulmbolt (Berlin 1769-Berlin 1859) esos grandes humanistas que llegaron con los vientos ilustrados a descubrir las riquezas de la naciente republica. En el caso del señor Max, como en el de Federico se quedaron en eso paraísos perdidos (mi madree Zoila me cuenta como los hijos de la familia D'Crozt solían enviarle flores a casa de la abuela Raymunda que la crió, y no era para menos mi madre era una hermosa mulata de cabellos ondulados y ojos almendrados.
Por tal razón es fácil comprender porque el pintor Guillaume Wiedemann (Munich 1905-Key Biscayne 1969) se enamoro igualmente de esa región y pinto sus gentes. Uno de los hijos del señor Seidel se llamaba Otto, por tal razón el viejo fue bautizado con ese nombre. A causa de un incendio que prácticamente arrasó con la ciudad, el colegio Tumaco (construido como la mayoría de edificaciones de la época en madera) se destruyó por completo y el joven fue enviado a a San Juan de Pasto a estudiar en la Institución Educativa Municipal San Juan Bosco fundada por los Salesianos, allí despertaría su inquietud por la formación artística y que desarrollaría luego en el Colegio Pascual de Andagoya en Buenaventura donde conocería a quien seria el amor de su vida Liana Rosa. Por esa época, varios especialistas ebanistas y constructores llegaron a Tumaco a reconstruir la ciudad desde San Juan de pasto, cuna de grandes artesanos y herederos del conocimiento de la masonería colonial. Mi padre Gerardo y su hermano Enrique llegaron en ese grupo y se enamorarían de esas hermosas tumaqueñas que les arrebatarían el corazón para siempre. La enseñanza en esa zona del país, continuó a ser realizada por personajes formados en Cali, Popayan y en Pasto, formados bajo la influencia del científico Federico Carlos Lehmann Valencia, nieto de Friedrich Carl Lehmann que tanto incentivó el interés científico y humanista en esa región.
Varios años después, en la década de los setenta, cuando los socialistas gobernaban, instalado ya con su familia en la casa de la esquina de la Rue Sacco et Vanzetti -calle dedicada a la memoria de esos anarquistas italianos asesinados por el régimen gringo-, en Villejuif bastión del Partido Comunista Francés, leyó una noticia del periódico l'Humanitè que narraba la aventura de dos curas españoles que había ingresado a la guerrilla del ELN siguiendo los pasos de Camilo Torres. En efecto eran sus compañeros de viaje, Manuel Pérez y Domingo Lain. Los curas habían regresado clandestinamente a Colombia y habían decidido empuñar las armas. Camilo Torres marco a toda una generación que fue la suya. Desde ahí su tercer hijo que nacería por esos años se llamaría Camilo en honor a ese cura rebelde.
Los colombianos eran bien recibidos en España, pues los gobernantes de este país, siempre se reconocieron -buenos y piadosos lacayos-, como los descendientes de la Madre Patria. Con el falangista Primo de Rivera esto se ratifico y se concretò tal servilismo en la firma del pacto del Frente Nacional entre liberales y conservadores donde prometieron hacerse pasito y, repartirse el poder "una tu otra yo", y juraron sobre la hostia y el cuerpo de Jesus Cristo redentor salvar el Patria del Sagrado Corazón de Jesus, de las garras del demonio rojo.
Eso sí, esos jóvenes estudiantes no tenían que meterse en asuntos de política, pues siempre estaban espiados por agentes de la Brigada de Investigación Social-BIS en la universidad. El viejo recuerda un episodio en la que un gran amigo de infancia "Chelao" que era seminarista, hizo escala en Madrid, pues iba rumbo al Vaticano, donde el Papa Pablo VI lo consagraría siervo de Dios. Se encontraron con el cura, fueron a comer tapas y boquerones en los restaurantes donde él tocaba guitarra y cantaba con sus amigos cerca a la Plaza Puerta del Sol. El cura le trajo cartas de su amada, familiares y noticias de su país. Las cosas en Colombia van de mal en peor, las guerrillas liberales se han fortalecido y han creado un bloque llamado las FARC. "Eso quédate por estos lados -le dice el cura su amigo- que eso esta muy complicado allá".
A los pocos días, el joven Otto es convocado por la policía y lo interrogaron, "¿quién es ese personaje con sotana? ¿qué es usted para él?, etc etc, Al ver que su versión coincidía con la de sus otros dos amigos que también habían sido interrogados al mismo tiempo por separado, pudo salir de la comisaría. Meses después se enteró por una carta enviado por Chelao que él también había sido interpelado a bordo del tren que lo llevaba a Italia, por dos policías que le preguntaron ¿cuál era el vínculo con esos tres estudiantes colombianos con los que había estado en Madrid? La BIS por esos años no jugaba y tenía de qué preocuparse pues la resistencia antifranquista estaba renaciendo.
En efecto, la resistencia republicana comenzaba con cierta fuerza a tomar espacio en la sociedad española; conformada por el incasable activismo de anarquistas, socialistas y comunistas de las sometidas guerrillas, que habían sido seriamente disminuidas desde finales de los cincuenta; pero para la mitad de los años sesenta, ya estaba reorganizándose políticamente. La política represiva del Estado pone en ruta un plan de desapariciones y ejecuciones extrajudiciales. El movimiento obrero y anarcosindicalista liderado por la CGT y el movimiento estudiantil iba en aumento pese al fusilamiento del líder comunista Julian Grimau y los anarquistas Granado y Delgado en 1963. En las universidades circulaban aun periódicos como España Libre, editado por los exiliados republicanos en New York y cantidad de panfletos y propaganda. De esta manera, la resistencia antifascista hacía contrapeso a la prensa franquista como el ABC. Y los "enlaces" aún hacían labores de agitación entre los estudiantes organizando lo que vendría años después, la toma del poder democrático del PSOE tras la muerte del dictador. Los toques de queda igualmente se rompían, a cambio de algunas pesetas, que "el sereno" haciendo caso omiso al "generalísimo", tomaba y dejaba salir de la residencia de estudiantes a ese trío de colombianos que irían de taberna en taberna a cantar boleros. De ahí migrarían con su amigo Clemente a Malaga dónde se inscribirían en el conservatorio de música y se ganarían la vida en cabarets. Aun hoy en los ficheros de ese conservatorio se pueden ver las fichas de sus nombres en la lista de estudiantes.
El Viejo recuerda vestido de su levantadora del barsa mientras toma café con tostadas, que ese no es un ambiente para él donde fácilmente podían encontrar a conspiradores y delatores. Él seguía pensando en su amada y su dos hijos que le esperan en Colombia. Y es en una de esas noches de escapada para hacer algún dinero, - pues el gobierno de Colombia a través de su programa ICETEX no les ayudaba en lo más mínimo, pues dichas ayudas solo iban a hijos de diplomáticos y la elite política-, cuando se entera que al otro lado de los Pirineos, hay un aire de libertad que por supuesto le atrae. Cortazar estaba allí, y llegarían muchos otros escritores como Garcia Marquez, Carlos Fuentes y Vargas Llosa entre otros que conformaron lo que Claude Couffon llamó el Boom Latinoamericano, así como otros que comenzaban a engrosar esa larga lista de exilios de los latinoamericanos perseguidos por las dictaduras .
Así llega en el año 67 a París, y ya la cosa estaba calentándose socialmente. Dani el Rojo, como se le conocía a Daniel Cohn-Bendit era un líder visible y era militante de la Liaison des Etudiants Anarchistes (LEA) que se convertirá luego de la expulsión de la universidad, en Noire et Rouge. El ambiente universitario de Nanterre, de la Sorbonne y Vincennes era extremadamente agitado. Los jóvenes insolentes como Foucault, Derrida, Sollers, Kristeva, Barthes, Cixous, Deleuze entre muchos otros están pensando un mundo más abierto y el joven Miterrand ya sueña con ser presidente. De Gaule obviamente no era Franco, allí existía más libertad y los comunistas co-gobernaban con el líder de la resistencia y símbolo de la liberación de la Francia durante la ocupación nazi.
El joven músico se hospedó en una chambre de bonne en el Quartier Latin, justamente muy cerca a su primer lugar de trabajo el mítico L'Escale situado en la rue Monsieur le Prince. El palacio de la música latinoamericana, así se le conocía a este lugar fundado por los integrantes del grupo Los Machucambos Rafael Gayoso (España), Julia Cortes (Costa Rica) y Milton Zapata (Peru) y Romano Zanotti (Italia) quien reemplazaría a Milton pues este fundaría Los Koyas donde tocaría Otto. Por este lugar pasaron los más importantes cantantes de America Latina como Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui, Inti-Illimani, entre muchos otros. En el aire se sentía ya los vientos de esa primavera del 68, que los comunistas consideraron como una revolución pequeño-burguesa. Obvio no la apoyaron pues ellos temían que pasará lo de la primavera de Praga y eso sería darse ellos mismos un golpe de gracia por su cercanía a la Unión Sovietica, pues estaban en toda Francia co-gobernando después del fin de la guerra.
Del otro lado del continente ese año se había declarado el año del guerrillero heroico, en homenaje al Che Guevara; Fidel y Camilo así como los otros barbudos eran símbolo de libertad, como el rock y las mini-faldas. Otto comenzó su primer trabajo nocturno reemplazando la voz y la guitarra de un paraguayo exiliado que terminó dejándole su puesto. Las canciones protesta, se mezclaban con el son cubano y terminaban esas jornadas muy al amanecer con lo que sería ya un himno compuesto por Silvio Rodriguez, que la juventud rebelde francesa que frecuentaba el lugar hizo como suyo fumando gitanes y soñando hacer la revolución con los jóvenes latinoamericanos. La masacre de Tlatelolco despertó la solidaridad así como los perseguidos y exiliados del terrorífico Plan Cóndor : "Aprendimos a quererte / desde la histórica altura / donde el sol de tu bravura / le puso un cerco a la muerte..." Por esos años siendo el único cantante colombiano en ese lugar, decide incorporar canciones como La Mina de Leonor Gonzalez (la negra grande de Colombia) que se acompañaban de canciones de Yupanqui (me matas si no trabajo, a desamlambrar, etc) Es en esta ciudad donde posaría sus maletas y dejaría crecer su barba pues los barbudos al mejor estilo de la Revolución Cubana estaban de moda.
A Manuel y Domingo los volvería a encontrar cinco años después, a bordo del mismo Satrustegui en Cartagena dude Indias, cuando el joven músico regreso por su esposa y sus dos hijos. Le sorprendió que esta vez, una escolta de cinco policías, los llevaba hasta el barco allí en el puerto de Cartagena de Indias. Se abrazó con Manuel y Domingo, les presentó a sus dos hijos Ottico y Tomás y a su esposa Lina Rosa, y de paso les dijo con su generosa risa cómplice: "Ustedes estaban muy bien acompañados no?" y entre risas se fueron a sus respectivos camarotes. Durante ese viaje, supo que esos dos viajeros eran curas, y que habían sido expulsados por el gobierno del "pelado Lleras" por acciones "subversivas" pues estos curas se habían dedicado en el barrio popular Olaya cerca a Cartagena, a enseñar el testamento según la prédica de los curas obreros franceses y belgas, que ya habían constituido lo que el grupo Colconda hizo conocer como La Teología de la Liberación.
Foto del centro de la ciudad hacia 1930 |
El joven músico y su amada simpatizaron con esto personajes pues les recordaba a Monseñor Gerardo Valencia Cano, que Lina Rosa admiraba, pues supo que se dedicó en los alrededores de Buenaventura donde ella había nacido, a sacar a los negros de las orillas de los ríos Dagua, Anchicaya, Mayorquin, Yurumangui, Calima, Aposo, Cajambre, San Juan y Naya donde vivían desde épocas de la colonia olvidados de la mano de Dios y darles una educación digna. De hecho el viejo recuerda que su primer trabajo fue como profesor en Buenaventura y ese gusto por la pedagogía lo cultivó desde pequeño cuando cursaba estudios en el colegio Tumaco fundado por el alemán Max Seidel Klaustwurst (Leobsschuetz 1881-Tumaco 1958) quien siguió los pasos de Frederich D'Crozt (Hamburg 1798-Beunaventura 1880) y de Alexander Von Hulmbolt (Berlin 1769-Berlin 1859) esos grandes humanistas que llegaron con los vientos ilustrados a descubrir las riquezas de la naciente republica. En el caso del señor Max, como en el de Federico se quedaron en eso paraísos perdidos (mi madree Zoila me cuenta como los hijos de la familia D'Crozt solían enviarle flores a casa de la abuela Raymunda que la crió, y no era para menos mi madre era una hermosa mulata de cabellos ondulados y ojos almendrados.
Ferrocaril de El Diviso. |
Por tal razón es fácil comprender porque el pintor Guillaume Wiedemann (Munich 1905-Key Biscayne 1969) se enamoro igualmente de esa región y pinto sus gentes. Uno de los hijos del señor Seidel se llamaba Otto, por tal razón el viejo fue bautizado con ese nombre. A causa de un incendio que prácticamente arrasó con la ciudad, el colegio Tumaco (construido como la mayoría de edificaciones de la época en madera) se destruyó por completo y el joven fue enviado a a San Juan de Pasto a estudiar en la Institución Educativa Municipal San Juan Bosco fundada por los Salesianos, allí despertaría su inquietud por la formación artística y que desarrollaría luego en el Colegio Pascual de Andagoya en Buenaventura donde conocería a quien seria el amor de su vida Liana Rosa. Por esa época, varios especialistas ebanistas y constructores llegaron a Tumaco a reconstruir la ciudad desde San Juan de pasto, cuna de grandes artesanos y herederos del conocimiento de la masonería colonial. Mi padre Gerardo y su hermano Enrique llegaron en ese grupo y se enamorarían de esas hermosas tumaqueñas que les arrebatarían el corazón para siempre. La enseñanza en esa zona del país, continuó a ser realizada por personajes formados en Cali, Popayan y en Pasto, formados bajo la influencia del científico Federico Carlos Lehmann Valencia, nieto de Friedrich Carl Lehmann que tanto incentivó el interés científico y humanista en esa región.
Varios años después, en la década de los setenta, cuando los socialistas gobernaban, instalado ya con su familia en la casa de la esquina de la Rue Sacco et Vanzetti -calle dedicada a la memoria de esos anarquistas italianos asesinados por el régimen gringo-, en Villejuif bastión del Partido Comunista Francés, leyó una noticia del periódico l'Humanitè que narraba la aventura de dos curas españoles que había ingresado a la guerrilla del ELN siguiendo los pasos de Camilo Torres. En efecto eran sus compañeros de viaje, Manuel Pérez y Domingo Lain. Los curas habían regresado clandestinamente a Colombia y habían decidido empuñar las armas. Camilo Torres marco a toda una generación que fue la suya. Desde ahí su tercer hijo que nacería por esos años se llamaría Camilo en honor a ese cura rebelde.
Fotograma de Memorias de una canción |
Allí en La ciudad luz transcurrió el resto de su vida, los años de cantante en L'Escale del Quartier Latin, donde conoció a “su compae” Gabo quien le invitó a los pocos días de conocido a su casa a comer un delicioso sancocho y donde él le entregaría un ejemplar de la primera edición de Cien años de soledad autografiada de puño y letra: "Para O con un abrazo grande de su compae 1972"; también conocería al artista venezolano Soto "que se la pasaba pintado esos palitos de colores", a Darío Morales a quien Lina atendería cuando el pintor murió de cáncer en el hospital donde ella trabajaba; también conoció a Zumaqué que vino a buscarle con su familia cuando este llego a Paris, y a tantos otros que sin lugar a dudas fueron los verdaderos embajadores de la cultura latinoamericana.
Prefirió Paris al Madrid franquista. Los socialistas y comunistas después de la salida de De Gaule gobernaban el país galo y los latinoamericanos eran recibidos a brazos abiertos. Toca guitarra y fue la voz principal en el legendario grupo Los Koyas (Milton Zapata-Peru, Gerardo Servin-Paraguay, Thierry Carabin-Antillas), música Andina y Protesta. Tocó luego en grandes salas como O P y Los Macandos grupo creado por el, en l’Olympia, l’Ermitage y el New Morning y por muchos años trabajó para la Oficina de Turismo de Colombia, realizaron películas promocionales en las que el cantaba para incentivar el turismo en su país, hasta que el “imbécil de Virgilio Barco -me dijo- terminó cerrándola".
No hubo músico y aprendiz que llegará a París y no fuera a su casa de Villejuif que ya parecía el consulado de Colombia, “hasta el pendejo ese de Yuri Buenaventura” que se inventó el mito de haberse tirado al río Sena para volverse famoso, iba a comer sancocho y frijoles a su casa y a pedir consejos de canto. Pero eso no es nada lo que lo tiene furioso con el hijo del sindicalista y comunista del puerto de Buenaventura, es que se haya arrodillado al Presidente Duque como lo acaba de hacer: "Señor Presidente salve usted la Republica que es una niña, sálvela de la anarquía" "Pendejo, ni sabe el muy tonto que es la anarquía (...) Arrodillarse frente al títere, eso es una humillación para la cultura" dice enfadado, mientras se vuelve a servir una taza de café. La musica estaba en su sangre desde pequeño, la fundación del Grupo Bacana de la el hizo parte junto a Peregoyo, era testimonio que él no iba a ser medico como querían su madre y su padre.
"Luciaaaanoooo el inmingraaaadoooo"... me saludaba cada mañana ... mientras bajaba las escaleras con paso aun seguro para alguien de 84 años de edad en busca de su desayuno, mientras las noticias a todo volumen salía de su celular que llevaba en el bolsillo de su levantadora del "barsa" el viejo esta perdiendo el oido y se niega a aceptarlo... y justamente en ese momento viene a mi mente ese video donde aparece el viejo Horacio Guarani tomando un trago de vodka russkaya y quien recuerda a una hermosa mujer que canta y a quien le compuso esta canción que canta Luciano Pereyra: “Este día sin sol es todo mío / golpea en mis ventas tanta frio / una vieja canción en mi guitarra / una vieja canción no tiene olvido / es la misma que un día nos uniera / en las playas lejanas de tu viejo país / y el otoño al ver caer sus hojas hasta mi me moja con su llovizna gris / ¿por qué no olvido tu canción? ¿por qué tanto te amé?...” Esta canción sin duda le hace eco a su propia historia que no cuenta con mucha facilidad, pues aun esta llena de secretos.
Prefirió Paris al Madrid franquista. Los socialistas y comunistas después de la salida de De Gaule gobernaban el país galo y los latinoamericanos eran recibidos a brazos abiertos. Toca guitarra y fue la voz principal en el legendario grupo Los Koyas (Milton Zapata-Peru, Gerardo Servin-Paraguay, Thierry Carabin-Antillas), música Andina y Protesta. Tocó luego en grandes salas como O P y Los Macandos grupo creado por el, en l’Olympia, l’Ermitage y el New Morning y por muchos años trabajó para la Oficina de Turismo de Colombia, realizaron películas promocionales en las que el cantaba para incentivar el turismo en su país, hasta que el “imbécil de Virgilio Barco -me dijo- terminó cerrándola".
No hubo músico y aprendiz que llegará a París y no fuera a su casa de Villejuif que ya parecía el consulado de Colombia, “hasta el pendejo ese de Yuri Buenaventura” que se inventó el mito de haberse tirado al río Sena para volverse famoso, iba a comer sancocho y frijoles a su casa y a pedir consejos de canto. Pero eso no es nada lo que lo tiene furioso con el hijo del sindicalista y comunista del puerto de Buenaventura, es que se haya arrodillado al Presidente Duque como lo acaba de hacer: "Señor Presidente salve usted la Republica que es una niña, sálvela de la anarquía" "Pendejo, ni sabe el muy tonto que es la anarquía (...) Arrodillarse frente al títere, eso es una humillación para la cultura" dice enfadado, mientras se vuelve a servir una taza de café. La musica estaba en su sangre desde pequeño, la fundación del Grupo Bacana de la el hizo parte junto a Peregoyo, era testimonio que él no iba a ser medico como querían su madre y su padre.
"Luciaaaanoooo el inmingraaaadoooo"... me saludaba cada mañana ... mientras bajaba las escaleras con paso aun seguro para alguien de 84 años de edad en busca de su desayuno, mientras las noticias a todo volumen salía de su celular que llevaba en el bolsillo de su levantadora del "barsa" el viejo esta perdiendo el oido y se niega a aceptarlo... y justamente en ese momento viene a mi mente ese video donde aparece el viejo Horacio Guarani tomando un trago de vodka russkaya y quien recuerda a una hermosa mujer que canta y a quien le compuso esta canción que canta Luciano Pereyra: “Este día sin sol es todo mío / golpea en mis ventas tanta frio / una vieja canción en mi guitarra / una vieja canción no tiene olvido / es la misma que un día nos uniera / en las playas lejanas de tu viejo país / y el otoño al ver caer sus hojas hasta mi me moja con su llovizna gris / ¿por qué no olvido tu canción? ¿por qué tanto te amé?...” Esta canción sin duda le hace eco a su propia historia que no cuenta con mucha facilidad, pues aun esta llena de secretos.
Ahora en épocas del corona virus, sigue en su rutina, recordándome en su ritual donde se le oye todos los días tocar la guitarra y el piano, que él desde la muerte de su amada Lina, ha estado prácticamente en cuarentena. "Luciaaaanoooo el inmingraaaadoooo"... me dice cada mañana cuando nos cruzamos. En unos cuantos meses le dejaré en su casa de Villejuif y quizá el partirá a Malaga como lo viene haciendo desde hace algunos años a visitar a su amiga de juventud que le iba a escuchar cantar en uno de esos bares atiborrados de estudiantes que escapaban el control del sereno en Madrid. Eloisa lo espera. Y yo emprenderé otro viaje de retorno en este ya familiar va y viene, pues en mis venas hay mucha de esa sangre de viajero de esa estirpe a la que pertenece ese viejo OP.
Ricardo Arcos-Palma
Paris noviembre 2019-abril 2020.
Comentarios