Vistazo Crítico 145: John Nomesqui: naturaleza, tejidos y reciclaje.



JOHN NOMESQUI: NATURALEZA: TEJIDOS Y RECICLAJE. 

En estos tiempos hablar de Arte y Naturaleza se ha convertido en un lugar común y de hecho de manera banal, donde vemos por todo lado obras seudo-ecológicas, maticas por aquí y por allá, etc. Pero muy pocos han logrado investigar seriamente este aspecto. En nuestro medio José Roca desde hace ya varios años ha insistido en esta búsqueda y ha hecho visibles algunos artistas como Alberto Baraya, María Elvira Escallón entre otros tantos donde la relación arte y naturaleza es problematizada con seriedad. El proyecto Flora Arts Natura  en la actualidad, es consecuencia de este proceso trazando una línea curatorial y conceptual muy sólida. En esta línea han seguido artistas emergentes como  John Nomesqui, quien logra inscribirse dentro la nueva generación de artistas que se siguen preguntando por el equilibrio entre la naturaleza y la humano más allá de la explotación salvaje de lo natural propio del progreso moderno; tal pregunta es abordada por él con una apertura bastante interesante que trataremos de dar cuenta con este vistazo crítico, donde la instalación escultórica y la acción performática generan una obra en desarrollo que vale la pena seguir. 




Nomesqui comenzó a hacer visible su trabajo en la Galería Santafe ya hace algunos años (que por cierto tanta falta nos hace), con una pieza escultórica desarrollada esencialmente con papel. Esta pieza esta compuesta por una serie de tejidos realizados con hojas de revistas y papel periódico que generalmente van a parar a la basura. Aquí los hilos son conformados por largas tiras de papel que el artista previamente ha enrollado. Luego esas tiras se disponen en un telar y comienza el tejido a desarrollarse. Esta acción lleva a una serie de obras que comienzan a tener una cierta organicidad y se materializan a manera de formas casi naturales como la que se presentó el año pasado en la exposición colectiva “Otras naturalezas” en Poliedro Arts, donde estas formas parecían hongos que crecían en los vértices de la sala de exposición o más recientemente su obra escultórica que se desarrolla a partir de troncos de árboles recolectados en la ciudad que han sido cortados y dejados por ahí. El artista decide “completar” esos troncos como si fuera un “miembro fantasma” con el mismo tejido de papel, restituyendo el material a su origen: la madera. Así se genera un contraste entre lo artificial y lo natural. La obra “Consumo cuidado” se pudo observar en la exposición colectiva “Alrededor” de la Sombra curada por Mario Opazo para la Cámara de Comercio de Bogotá que reunía una serie de artistas al rededor de la obra del artista Ramón Uribe.

Otra de las obras que vale la pena resaltar del artista es la minuciosa recolección de semillas de guayaba que ha venido realizando desde hace un tiempo. Esta obra se instala a manera de tapiz en el suelo y se ha exhibido en varios espacios donde se realizan labores pedagógicas: en el Jardín Infantil Semillas, donde van sus hijos, en la Colegio donde labora el artista como docente y en la Universidad Pedagógica donde el artista trabaja en conjunto con el filósofo Germán Vargas Guillén. Este componente pedagógico es muy importante pues insiste sobre un aspecto fuerte en la obra de Nomesqui: la construcción social donde la pedagogía del arte adquiere un valor trascendente. Los estudiantes y participantes pueden intervenir la instalación dibujando con ella, pisando las semillas habiéndose descalzado previamente, tomando las semillas incluso llevándose un puñado de ellas. “El olor de la Guayaba” recuerda esa conversación entre Plinio Apuleyo Mendoza y Gabriel García Márquez donde este último deja ver lo que significa la narración de un territorio cultural que es el nuestro. 

Pero no solamente en el referente literario y poético está la fuerza de esta obra en proceso, sino en el aspecto de convertirse en un señalamiento sobre el frágil equilibrio entre la naturaleza donde por ejemplo el mercado de los transgénicos afectan indudablemente el equilibrio natural y el ecosistema.  Hoy buena parte del mundo está regulada bajo esta óptica neoliberal y Colombia no escapa a esta tensión económica. De ahí que la propuesta de Nomesqui es contundente pues pretende insistir en que la riqueza a venir está en la acumulación de semillas originarias lo que de hecho está prohibido.  Esta obra se exhibió recientemente en una de las salas de la cámara de comercio de Bogotá, en la exposición colectiva “Cultivo”. La instalación varia pero en la mayoría de las veces el sonido y la participación de los asistentes es fundamental insistiendo en la presencia de la mano, que de hecho es un elemento clave para entender toda la obra del artista: donde manufactura, artesanía se conjugan de manera potente con el arte contemporáneo.



Su obra es mucho más amplia y la idea no es agotar en este vistazo crítico la aproximación a ella. Pero esta obra en desarrollo insiste sobre la manualidad, el reciclaje, el tejido real y simbólico de orden social donde la pregunta por el equilibrio ecológico está jalonando la producción artística de John Nomesqui, un artista emergente que bien vale la pena seguirle la huella, pues su obra es en verdad prometedora.

Ricardo Arcos-Palma

Julio 1 de 2017.

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