EL MUSEO DE ARTE MODERNO EN LA UNIVERSIDAD
NACIONAL 1965-1969
Mito y Realidad.
Recordemos que el Museo de Arte
Moderno creado e impulsado por la crítica Marta Traba en 1955 (Gobierno de Rojas Pinilla), no tenía sede propia como bien lo menciona el artículo de Pilar Quintero titulado "Pasado y Presente de una ilusión: El Museo de Arte Moderno de Bogotá" (2013) publicado en Esfera Pública. Dicho artículo si bien es interesante y aporta elementos sobre el MAM, tiene algunas imprecisiones y vacíos sobre todo en lo que respecta el paso del Museo de Arte Moderno por la Universidad Nacional. De ahí el objetivo de este vistazo. En la época de creación del Museo de Arte Moderno, años cincuenta, durante del Gobierno del militar Rojas Pinilla (1953-1957), gobierno consecuencia del Frente Nacional, pacto entre liberales y conservadores, no existía el Ministerio de Cultura. Por lo tanto el acta de 1955, al que alude Pilar Quintero no puede ser del Ministerio de Cultura sino más bien del Departamento de Extensión Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Educación. El Ministerio de Cultura se creó durante el Gobierno de Ernesto Samper (1994-1998).
Ahora bien, el MAM años más tarde, contó con el apoyo del rector de la
Universidad Nacional de Colombia José Félix Patiño en 1965 donde encontró una sede que no se esperaba transitoria: el actual edificio de Filosofía cerca a la
entrada de la Calle 26 era su sede. Sin embargo cuatro años más tarde el museo
se vio forzado a dejar el campus universitario pues, algunas obras de la
exposición “Espacios Ambientales” curada por un joven artista externo a la
universidad, Álvaro Barrios apoyado por supuesto por Marta Traba, fueron
destruidas por estudiantes que consideraban esas obras de arte como el ejemplo
perfecto de la “influencia imperialista en el arte”, por aquellos agitados años sesenta y setenta. Además esta exposición fue un verdadero divertimento desarrollado en épocas pre-navideñas, como lo fue la exposición "El pesebre de los genios" (1966). El arte conceptual reconocidamente político como en el Cono Sur (ver Conceptualismos del Sur), en Colombia es completamente apolítico. (M.M.HERRERA. Emergencia del Arte Conceptual en Colombia, 1968-1982)
Sobre este hecho se ha alimentado
un rumor y un mito, desconociendo los verdaderos móviles del por qué el museo
deja el campus universitario. Por esa época, existía un verdadero conflicto
entre las directivas del museo y los profesores y estudiantes de la Escuela de
Bellas Artes: Por un lado, Marta Traba, presidenta de la junta directiva,
Mireya Zawadisky de Barney, esposa de Barney Cabrera y directora de Divulgación
Cultural y de la sección de Artes del reciente creado COLCULTURA, Helena
Piñeres de Angulo, Gloria Valencia Diago, Ana Bejarano de Uribe, Gloria Valencia
de Castaño e Inés Quintero. De otra parte los profesores y estudiantes entre
quienes estaban los maestros Santiago Cárdenas y Carlos Granada. Para ampliar este tema consultar mi ensayo Tensiones entre lo público y lo privado: Hacia un museo de la Cultura.
Los argumentos de los profesores
de la Escuela apoyados por la directivas de la Universidad, tendían a reclamar
un lugar en la junta directiva del museo y mayor participación del profesorado
y alumnado de la Escuela en las actividades que desarrollaba el Museo con apoyo
financiero de la Universidad. Estos argumentos, según pude verificar en los
archivos del museo que reposan en el Archivo Histórico Central de la
Universidad Nacional, venían apoyados en justos reclamos donde se evidenciaba
la financiación total por parte de la universidad al museo. Además los reclamos
de los profesores y estudiantes de la Escuela de Bellas Artes insistían en que
las directivas del museo lo estaban utilizando para beneficio propio, cosa que
la directora Marta Traba no pudo desmentir al existir pruebas de las
actividades entre la galería que llevaba el nombre de la prestigiosa crítica y
las actividades del museo como la compra y venta de obras de arte.
Todo esto se vio reflejado en la
punta del iceberg que fue el XX Salón
Nacional de Artistas de 1969, donde la comunidad universitaria, apoyada por
el Rector Jorge Méndez Munar y con el apoyo por supuesto del Ministerio de Educación Nacional, deciden otorgarle la curaduría del salón a
artistas pertenecientes a la Escuela y cuyos jurados fueron: Kynaston Mc Shine
(asesor del Museo de Arte Moderno de New York), Armando Morales (pintor
nicaragüense) y Santiago Cárdenas (pintor colombiano). Marta Traba intentó
realizar un salón paralelo y tal como lo demostró el ensayo de la historiadora
María Mercedes Herrera (Revista Calle 14, Volumen 5, N° 7, junio-diciembre del
2011), con quien consultamos los archivos del museo correspondientes al año de
1969 en aras de consolidar esta investigación, el salón fue el detonante para
que Traba dejara la dirección del museo donde la crítica manifiesta su intransigencia y decide renunciar antes de permitir que estudiantes y profesores hagan parte de la junta directiva del museo y, luego el museo pocos meses después,
saliera del campus universitario de una manera inusual y definitivamente.
La
exposición “Espacios Ambientales” curada por Álvaro Barrios, es destruida por
“estudiantes vándalos” titula la noticia de el diario El Tiempo de manera
sensacionalista, sin ningún análisis de los hechos. La disculpa estaba al
frente: hay que salvar el museo de esos “estudiantes bárbaros” y además no hay
nada que temer financieramente pues el museo subsistirá gracias a las generosas
donaciones del recién creado COLCULTURA que es creado como consecuencia directa
del plan norteamericano Alianza para el Progreso (1961-1970), que como todos sabemos,
pretendía hacer frente a la influencia de la Revolución Cubana (1959) en el
continente que a través de Casa de las Américas logra un gran impacto, influencia y acogida en la intelectualidad y mundo cultural en toda América Latina. La colección del museo también sale con él del campus universitario; el proyecto cultural
de la universidad se mantuvo en la Universidad Nacional y en 1973 se reinaugura
en el nuevo edificio que alberga desde entonces el Museo de Arte Universitario cerca a la entrada principal
de la Universidad por la Cr 30. Las tensiones entre el recien creado COLCULTURA y el Ministerio de Educación Nacional al final de los años noventa, es producto de una agenda política específica: la administración e injerencia de la cultura no puede ser asunto de la educación.
La historia se repite como primero como tragedia y luego como
comedia decía Marx. Hoy las directivas y profesores de la Escuela de Artes Plásticas y
Visuales como comunidad y grupo colegiado, no mantienen nexo alguno con el
Museo de Arte Universitario (epígono del Museo de Arte Moderno) al ser excluidos por la Dirección Nacional de
Divulgación Cultural de la Universidad Nacional. El cargo de director del Museo fue suprimido bajo la complacencia o más bien indiferencia del rector de entonces Moisés Wasserman, el comité asesor del museo ya no existe como tal, la colección de arte que ya no se exhibe como debería ser en todo museo, está abandonada (las obras de Gustavo Zalamea, Beatriz Gonzales y Luis Caballero entre otros se deterioran) y la parte pedagógica está comprometida. Pero no todo es negativo y al César lo que es del César: se realizan exposiciones, dos al año, de gran impacto y de excelente calidad con artistas consolidados, en su mayoría pertenecientes a la Colección DAROS. También se realiza el Laboratorio CANO, que pretende reemplazar el Salón CANO, realizado por estudiantes que muestran los procesos realizados en los talleres de la Escuela de Artes Plásticas y Visuales. Este taller es dirigido por alguien externo a la Universidad y auspiciado por la DNDC para mantener el único "nexo" existente a través de los estudiantes, con la EAPV y así justificar la vocación académica del Museo, que por ser un escenario más de exhibición a perdido su vocación museal.
Ricardo Arcos-Palma.
17 de mayo del 2013.
Para consulta:
1. Tensiones entre lo público y lo privado. Hacia un museo de la cultura.
2. El XX Salón Nacional de Artistas Nacionales v.s. Salón Nacional 1969.
Comentarios
Para quienes creemos en los postulados de Michel Foucault, no habría "crítica independiente".
Un abrazo,
Ricardo Rivadeneira
gracias