¿EL SUEÑO DE LOS ESTUDIANTES PRODUCE MONSTRUOS?
A propósito de un texto de Adriana Gonzales.
Recientemente
se le ha dado el Premio de Periodismo y Crítica para las Artes en Artes
Plásticas y Visuales (y premio es premio) a un texto de la filósofa y especialista
en estética Adriana Gonzales. Ese texto se titula Réquiem por el sistema y es
replicado en Esfera Pública. Es un texto muy conciso y crítico frente a una
experiencia estética (su experiencia) llevada a cabo en el Museo de Arte de la
Universidad Nacional de Colombia en una exposición titulada URGENCIAS de María
Elvira Escallón, curada por Andrés García La Rota en el 2012.
En
su texto Gonzales se sorprende al ver cómo unos estudiantes que dormían
plácidamente frente a la obra de Escallón “Precipitaciones en el Hospital
Universitario” (2010), fueron despertados y echados violentamente del sacro recinto
por un vigilante que les gritaba:
“Favor,
se levantan de ahí! ¡Este no es un lugar para dormir!¡Salgan, salgan! – Se oye
una voz nasal como si diera orden militar.”
El
celador por supuesto no tiene la culpa, él acata órdenes de un superior que
administra y rige este sacro recinto donde no
se puede ir a dormir y mucho menos si se es estudiante. Pero esto, parece
insistir Gonzales, no es el problema en sí. El problema parece ser - y es aquí
donde me pregunto si entendí bien la intención del texto de Adriana Gonzales-,
que la autora termina compartiendo la voz autoritaria del vigilante cuando
afirma tajantemente luego de ver, no como echan violentamente a los estudiantes
sino, ver como esos fatigados, acríticos y pobres estudiantes se han atrevido a
dormirse frente a una obra tan relevante y crítica como lo es URGENCIAS de
María Elvira Escallón, que pone el dedo en la llaga de la situación de los
hospitales públicos y en particular esa obra que fue una intervención en el
Hospital Universitario de la Universidad Nacional de Colombia en el 2010 que
por cierto está en Estado Crítico como lo está toda la Salud Pública desde que
entró en funcionamiento la Ley 100. Conociendo a Adriana Gonzales, no creo que
sea esto último su propósito. Aunque leyendo de nuevo su texto y hablando con
ella, insiste en hacerse y hacernos unas preguntas que yo encuentro bastante
relevantes sobre el Museo de Arte Universitario y el Hospital Universitario de
nuestra Alma Mater, así ella pase por
alto las leyes que rigen la privatización de la Salud, de la Educación y el
Arte en instituciones públicas:
“¿Sólo
han muerto estas dos instituciones? No lo creo. Este acontecimiento me hace
preguntar por la universidad. ¿A qué van los jóvenes a la universidad? ¿A
estudiar? ¿A aprender un oficio? ¿A convertirse en profesionales? ¿Acaso es un
nuevo lugar de paso? ¿Qué herramientas teóricas y prácticas les da a los
jóvenes para que ellos miren de manera crítica lo que les rodea, más allá de la
inmediatez del cansancio por el parcial o las lecturas obligatorias? (Gonzales,
2013).
Con
estás preguntas relevantes pero mal orientadas a mi juicio, la autora pretende
encontrar unas respuestas. Pero olvidó preguntarse algo fundamental: ¿Por qué
esos estudiantes fueron a dormir a un espacio donde, aparentemente no se puede
dormir como lo es el Museo? ¿Por qué razón esos estudiantes se durmieron frente
a una de las obras más relevantes de estos últimos tiempos?
Lejos
de enjuiciarlos y tirar varias pedradas contra la institución que no les ha
enseñado a estar despiertos con una actitud crítica, yo me sigo haciendo
preguntas que tienden a estar del lado de los estudiantes: ¿Por qué iría un
estudiante o un paseante desprevenido a dormir a un museo, a un hospital o
quizá a una iglesia? ¿Un bostezo, un buen sueño es algo a condenar frente al
arte y las instituciones que nos exigen policivamente vigilia y estar bien
despiertos? Los estudiantes que echó el vigilante no estaban durmiendo en un
aula de clases (aunque también lo hacen en cualquier universidad del mundo),
sino en el escenario que hoy se autodefine como el más vanguardista en Bogotá:
el Museo de Arte de la Universidad Nacional. Insisto antes de condenar el sueño
de los estudiantes por cansancio, fatiga, falta de espíritu crítico, incluso
ignorancia, deberíamos ver que implica el sueño de los estudiantes.
Peter Handke el conocido escritor austriaco al
final de los años ochenta nos dice en su famoso "Ensayo sobre la
fatiga": "¿A caso no es, de toda evidencia una
opinión? No es una opinión, sino una imagen: pues lo que yo pensaba, lo estaba
viendo. Entonces lo que es opinión, y quizá inexactamente, es posiblemente la palabra
"pueblo" (...) ese "montón de sin-fatiga, terco, condenado, a no
reconocer sus errores, su desconcierto, y a girar en círculo sin
parar".
Esta reflexión de Handke nos hace pensar en la
obra del también austriaco Erwin Wurm (1954), cuya obra pude descubrir hace
unos años en París gracias al artista José Orlando Salgado quien me hizo
participe de ese hallazgo. Wurm hace el elogio no solamente de la fatiga, sino
también de la pereza, como si la única opción que le queda al ser humano es
resistir al mundo del trabajo y al mundo de la eficiencia, haciendo
"nada" productivo, durmiendo. El título de sus obras son muestra de
ello: "Quédese en pijama todo el día", " fúmese un porro
antes del desayuno", "cambie de camisa de vez en cuando",
"duerma durante dos meses", "sea muy perezoso para
argumentar", "no responda nunca"…etc .
Andy Warhol. Sleep (1963) MOMA de New York.
¿Cómo olvidar el
famoso performance-video de Andy Warhol Sleep (1963) donde uno de sus
amigos es filmado mientras duerme durante cinco horas y veinte minutos? ¿Cómo
olvidar la famosa acción de Wilson Díaz realizada durante la inauguración de la
exposición Da Adversidade Vivemos el 31 de mayo del 2001, donde el
artista duerme con la ayuda de somníferos a los pies de una de las puertas del
Musée d’Art Moderne de París? Esa misma acción la había realizado en la
Cinemateca Distrital en Bogotá.
Durmiendo a la entrada del metro. 2010. Santiago de Chile. Acción Aislada.
Otro ejemplo que pude
evidenciar fue el de un par de paseantes (en realidad eran estudiantes vestidos
de ejecutivos), en el 2010 en Santiago de Chile, quienes a la entrada del metro
donde nadie se detiene porque tiene que ir a trabajar o buscar trabajo, “dormían”
plácidamente. Por supuesto los policías, que encontraron eso sospechoso, los
despertaron y los sacaron del lugar. En un espacio "sensible" como ese, así como el del Museo, no se puede dormir, gritan los vigilantes. Años después el movimiento estudiantil
chileno contra las leyes del mercado y la privatización creciente me dio mucho
que pensar de esta “acción aislada”.
Tilda Swinton. 2013. MOMA de New York.
Un ejemplo más, muy
cercano a nosotros en el tiempo pues se inauguró hace poco y, que señala desde
adentro el sacro recinto del museo es el famoso performance de la actriz Tilda
Swinton, quien en la exposición The Maybe del MOMA de New York, duerme
plácidamente dentro de una vitrina de cristal, mientras cientos de visitantes
la observan con curiosidad o admiración. Este acto de la “bella durmiente” no
está en la agenda del museo, ella aparece y desaparece creando conmoción entre los visitantes del templo del arte. ¿En verdad
se puede ir a dormir a un museo? En este caso sí, pero ¿por qué no en el Museo Universitario que motivó
el texto de Adriana Gonzales?
Pero ellos son
artistas y los otros condenados por la mirada implacable de la crítica y el
vigilante de un museo son estudiantes, podemos pensar con razón. Pero ambos
duermen. Durante la Bienal de Sao Paulo en el 2006 titulada “Es posible vivir
juntos” me llamó la atención que a los pies del espacio de exhibición y muy
cerca de una obra de arte, un hombre de la calle dormía plácidamente. ¿En últimas
si el arte nos desconecta con la realidad entonces para que el arte? En este
sentido el texto de Adriana Gonzales es muy importante así yo no comparta su juicio, que en principio era
estético y luego moral: al museo y frente a una obra de arte no se puede ir a
dormir, dicta la sentencia.
¿Es posible vivir juntos? Bienal de Sao Paulo. (2006). Indigente durmiendo.
Evidentemente la fatiga es distinto de la pereza:
la fatiga sobreviene luego de una intensa actividad, física o intelectual. La
pereza en cambio, es un estado de ánimo que hace que el cuerpo entre en reposo.
Pero la pereza puede ser el mejor antídoto para la fatiga por paradójico que
parezca. Las dos están íntimamente relacionadas. Además si hemos de creer en el
psicoanálisis en el sueño es cuando la mente más trabaja. ¿Por qué cuestionar
unos estudiantes y de paso toda una institución educativa (una vez más la
Universidad Nacional de Colombia en la mira de la crítica) al ver que ellos
estaban dormidos frente a una obra que tiene de duración 7:48 minutos y que es
proyectada en loop? ¿Será que los estudiantes o el común de los mortales no se duermen en
las otras sagradas instituciones y frente a otras obras?
En fin este extenso texto es motivado por el
texto de Adriana Gonzales, en defensa de
los estudiantes, de esos estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia,
que son los que han liderado el movimiento estudiantil contra la ley 30 y
lograron al menos pararla, que se han “tomado” el Museo de Arte de la
Universidad Nacional con su acción pedagógica y reflexiva del Museo Recuperado denominado Toma Uno,
como consecuencia y en coherencia de la reciente huelga de trabajadores del
2013, que son los mismos que tienen un espíritu crítico y reflexivo y que sí,
bostezan y duermen muy de vez en cuando… como cualquier mortal, así sea frente
a una gran obra de arte y en un espacio
considerado sagrado donde ahora al parecer no se puede ir a dormir. La imagen
que encabeza este texto es tomada de una visita de estudiantes, nada menos ni
nada más que a uno de los templos del arte contemporáneo: La Tate Gallery de
Londres.
Ricardo Arcos-Palma.
14 de mayo del 2013.
post-scriptum. Si debo dar crédito a una idea que Adriana Gonzales enuncia en su texto y que debió desarrollar más a mi juicio: el símil crítico entre el hospital y el museo universitarios. Y la obra de María Elvira Escallón era sin lugar a dudas un buen pre-texto para entender ahí sí "El réquiem por el sistema". Yo he desarrollado esa idea en un texto titulado "Tensiones entre lo público y lo privado: Hacia un museo de la cultura" Publicado en la Revista Calle 14, Revista de Investigación en el Campo del Arte, de la Facultad de Artes-ASAB, de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
http://revistas.udistrital.edu.co/ojs/index.php/c14/article/view/3970/5666
post-scriptum. Si debo dar crédito a una idea que Adriana Gonzales enuncia en su texto y que debió desarrollar más a mi juicio: el símil crítico entre el hospital y el museo universitarios. Y la obra de María Elvira Escallón era sin lugar a dudas un buen pre-texto para entender ahí sí "El réquiem por el sistema". Yo he desarrollado esa idea en un texto titulado "Tensiones entre lo público y lo privado: Hacia un museo de la cultura" Publicado en la Revista Calle 14, Revista de Investigación en el Campo del Arte, de la Facultad de Artes-ASAB, de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
http://revistas.udistrital.edu.co/ojs/index.php/c14/article/view/3970/5666
Comentarios