Vistazo Crítico 147: Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común-FARC

FUERZA ALTERNATIVA REVOLUCIONARIA DEL COMÚN-FARC
¿Cierre de opciones o afirmación de su lucha 
en el escenario democrático?

Los medios de desinformación nacionales e internacionales, periodistas sin escrúpulos así como uno que otro sociólogo improvisado en analista político afirmarán que fue un error que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo-FARC-EP, hayan conservado la sigla FARC para su nuevo partido político dentro del proceso de la implementación de los acuerdos de paz entre el Gobierno y esta agrupación guerrillera. 

Se argumentará que eso ata al nuevo partido a su pasado de lucha armada y que eso no es buen signo. Se afirmará con ironía hasta ridiculizar el nuevo nombre que el nuevo partido no ha renunciado a su postura violenta. Y quien sabe que más canalladas escucharemos los próximos días hasta que el Papa Francisco llegue a Colombia y acapare los medios de desinformación. Por supuesto esto va unido a la campaña de desprestigio sobre esta organización guerrillera que varios sectores ultraconservadores en Colombia, deseosos de continuar con la guerra, han desplegado desde que comenzaron los diálogos de paz entre el gobierno y las FARC.   

Lo cierto es que desde que se preparaba el Congreso de esta agrupación guerrillera que se desarrolló en Bogotá esta semana, Timoleón Jimenez (Rodrigo Londoño Echeverri) lanzó una consulta a nivel nacional a través de su cuenta de twitter para ver qué nombre preferían los colombianos para el nuevo partido: Nueva Colombia, FARC-EP, Nuevo Partido, Esperanza del Pueblo. Esta consulta al pueblo colombiano fue bien recibida por la opinión pública pues demostró la apertura que tiene este grupo hacia la sociedad, más en este momento donde la polaridad política de cara a las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales, han querido caldear los ánimos con Venezuela como cortina de humo perfecta a la realidad nacional. Finalmente la consulta fue tenida en cuenta durante el Congreso de las FARC y hoy nos enteramos que el nuevo nombre ratificado por sus militantes fue Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común-FARC que obtuvo 620 votos sobre 260 por Nueva Colombia. Lo que confirma que este grupo se siente orgulloso de su pasado guerrillero y al igual que en otros horizontes como en  El Salvador donde el Frente Farabundo Martí por la Liberación Nacional se convirtió en partido hasta llegar a gobernar sin cambiar de nombre.

Este nombre insistiendo en lo Común recordaría a la alianza de las guerrillas comunistas y liberales conformadas en su mayoría por campesinos perseguidos por la violencia y dirigidas por Antonio Marín Marín (Marulanda Vélez o Tirofijo) máximo líder del grupo guerrillero ahora en la legalidad.  Pero también si duda lo Común acentúa la lucha social por el bien común contra el bien privado, por lo colectivo contra lo individual. Esto es coherente con su ideario político y aquí a mi juicio es un acierto conservar este nombre. Además porque al suprimir el nombre de Colombia de la sigla, se relaciona inmediatamente con una perspectiva internacionalista que podría tener incidencia continental. Esto demostrarían los objetivos de las FARC en ese sentido. Además la rosa roja de su logo como símbolo de la lucha socialista ratifica esta orientación donde aparece la estrella roja en el centro de la flor y que simboliza los cinco dedos de la mano del trabajador y la unión de los cinco continentes. 

Con esto las FARC dejan sentado un precedente en Colombia donde los políticos  cambian de partido como cambiar de camisa, creando una distorsionada idea de que así es la política: una veces son liberales pero con traje conservador, otras conservadores con traje liberal y así se inventan unos nombrecitos dingos de cualquier empresa de marketing: Cambio Radical (y no vemos ningún cambio), Centro Democrático (y son de lo más antidemocrático que existe), Partido de la U (de unidad pero excluyeron a los sectores de izquierda es decir más desunidos para donde), Polo Democrático (que ha hecho alianzas perversas con políticos  como el Alcalde destituido que terminó desprestigiando al partido), Partido de los Verdes (donde oficiaban los tres tenores y uno de ellos más anti-acológico que ninguno), etc. etc. Por lo tanto creo que las FARC han demostrado coherencia política e ideológica al guardar su sigla con una pequeña modificación: eliminar la palabra armadas cambiarla por alternativa y la palabra Colombia por común; así a varios no les guste el nombre, pues los militantes de las FARC saben que así cambien de nombre, siempre serán tildados por los ultraconservadores enemigos de la paz y la reconciliación como terroristas, masacradores, violadores, secuestradores y tantos otros epítetos que han venido distorsionando la imagen de esta agrupación frente a todos los colombianos desde que asumieron el difícil reto de asumir la paz. Por supuesto esperemos que esta estigmatización cambie con el tiempo pues las acciones políticas son en últimas las que cuentan.

Me parece que esta valerosa postura, merece aplausos de nuestra parte, porque si algún día el partido FARC llega a gobernar, será porque en realidad cuentan con el apoyo de la ciudadanía colombiana que los ha aceptado como iguales y que confiarían en ellos, pues han dado un paso importante para la lucha en las urnas que "se gana con votos y no con muertos" como lo ha afirmado Iván Marquez en las declaraciones del nuevo partido. Solo demostrando que podrán gobernar obedeciendo y sin hacer alianzas con colectivos y políticos corruptos,  como la mayoría de otros partidos, las FARC demostraran que podían cambiar las prácticas clientelistas y corruptas en el país. Esperemos que la estructura paramilitar aun vigente no realice una vez más la masacre que tuvo que sufrir la Unión Patriótica en ese fallido acuerdo de paz entre las FARC y el gobierno de Belisario Bentancur, pues no quiero ni imaginarme ni un sólo instante lo que sería el recrudecimiento de la guerra. 

Resta saludar a este nuevo partido y que viva la democracia en paz hacia un país con justicia social. La lucha ahora se dará en la urnas si la guerra sucia de los violentos en este país lo permite. 

Ricardo Arcos-Palma
Bogotá, 31 de agosto del 2017





post-scriptum:

El pasado 1 de septiembre la Rosa Roja con la Estrella de cinco puntas en su centro símbolo del nuevo partido político FARC (Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común) que recuerda el de la Internacional Socialista, se proyectaba sobre los muros de la Alcaldía, el Palacio de Gobierno, la Nunciatura Apostólica y la Catedral Primada y este hecho antes de la llegada del Papa Francisco es muy significativo; la Plaza de Bolívar que meses atrás acogió el Campamento de La Paz y se llenó exigiendo al Gobierno ratificar los Acuerdos de la Habana; ese viernes primero de septiembre se llenaba y vaciaba en su parte posterior en un va y viene de multitud durante más de 8 horas. La mayoría de la gente en la plaza simpatizantes de izquierda, uno que otro curioso y en su gran mayoría jóvenes: uno de ellos acompañado de su novia y su hermano, se me acerca y me pregunta con cierta emoción: "¿A qué horas hablan los del secretariado?" No se, le respondí. Estos jóvenes que no ven los medios masivos de desinformación hoy no están tan contaminados de odio y anestesiados frente a la realidad social como buena parte de la sociedad colombiana que consume inconscientemente RCN. Caracol, NTN, CNN y tantos otros; ellos ven medios alternativos a través de la red y eso ya configura una opinión diferente. Queremos ver a las FARC jugándosela en la contienda electoral y no echando bala. Sin duda un momento histórico difícil de olvidar. No va ha ser nada fácil pues los enemigos de la paz aún están acechando.

Comentarios

Unknown dijo…
Descalificar las críticas a la sigla FARC como logo del nuevo partido de los excombatientes de esa organización no resuelve el problema de rechazo y desconfianza que esos excombatientes generan. ¿Qué cambia en la realidad con afirmar que esas críticas las hacen periodistas sin escrúpulos y sociólogos improvisados en análisis político? De acuerdo con la más reciente encuesta de Gallup, Las FARC no han pasado de tener un 19% de favorabilidad en la opinión. El punto más bajo de rechazo se produjo a comienzos del año cuando estuvo en 77%. En los meses siguientes, volvió a subir y hoy está en 84%. Es cómodo echarle la culpa a los medios y asumir que la gente es boba, y que traga entero. Más difícil es tomarse el trabajo de considerar porque la opinión favorable es tan baja y la desfavorable es tan alta, y más difícil aun es hacer los cambios que dicte ese reconocimiento. Todo lo demás, como dijo otrora el poeta, es literatura.