Vistazo Crítico 73: Tania Bruguera en el Hemisférico del Performance.



VISTAZO CRÍTICO AL DECEPCIONANTE PERFORMANCE DE TANIA BRUGUERA.

Anoche, con gran expectativa el público esperaba presenciar el performance de Tania Bruguera, la artista cubana invitada al Hemisférico del Performance que se lleva a cabo en la Universidad Nacional de Colombia en asocio con el Instituto de New York. El edificio de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad, estaba atiborrado de espectadores deseosos de ver su obra y la de Gómez-Peña que se presentaría simultáneamente en el mismo edificio. La espera fue larga, la artista cubana quería lleno total. Y así fue. Ella toma el micrófono y se dispone a presentar la obra como una presentadora de televisión que anuncia que es lo que vamos a ver los telespectadores al mejor estilo de un programa latino de Miami: habrá una mesa “con los actores del conflicto colombiano”. Acto seguido vemos subir tres personajes quienes encarnan a un paramilitar, a una desplazada y a una guerrillera. Mientras estos personajes cada uno a su manera respondía a la pregunta ¿qué es para usted un héroe? El público aplaudía tímidamente después de cada respuesta. Algunas respuestas fueron conmovedoras otras no tanto. El show, continuaba mientras el público esperaba que algo trascendente sucediera.

La atención del público comienza a dispersarse a medida que una mujer pasa entre los asistentes ofreciendo cocaína en una bandeja de vidrio. La gran mayoría no consumió coca, por recelo, o simplemente por miedo a ser juzgado en público de drogadicto. Pero lo que es cierto es que la bandeja se vació tres veces y seguía circulando. Hasta ese momento, no se había logrado el escándalo esperado quizá por la misma artista que sonreía nerviosamente mientras veía pasar la bandeja de coca, como si era lo único que le interesara. El discurso de los personajes se había silenciado por el ruido que generó la cocaína que circulaba.

Este acción comenzó a aburrir a los espectadores que salían del recinto para ir a presenciar el performance de Gómez-Peña, a ver “si se salva la noche” según le oí a un exigente espectador. Yo salí inmediatamente después de Mario Opazo, Gómez-Peña, Doris Salcedo, Jaime Iregui, María Elvira Ardila, Raúl Christancho entre otros que quitaron el lugar. Afuera había una pantalla retransmitiendo el performance de Gómez-Peña, pues el recinto donde se presentaba estaba atiborrado de gente.

De un momento a otro afuera de la Escuela, la transmisión se interrumpió y vimos a David Lozano uno de los curadores de la muestra condenar públicamente el hecho de haber consumido coca. El director de la Escuela de Artes Plásticas, Nelson Vergara, anteriormente había también condenado el hecho y un estudiante airado se unió a la condena incitando a los consumidores a que “dejaran de pensar con la nariz”. Otro estudiante salió a la defensa diciendo que era hipócrita condenar algo que era normal y cotidiano. Un asistente participante del hemisférico, venido de otro país, y visiblemente afectado por haber consumido el polvillo blanco, defiende el hecho del consumo y otro asistente afirma que eso que se consumió había generado muchas muertes. Luego toma la palabra una artista local y pregunta ofendida ¿Dónde está la artista para que nos cuente que estaba pensando? Tania luego toma el micrófono, visiblemente conmocionada o emocionada y dice “Gracias a los colombianos por estar aquí”. Esta frase hubiese tenido sentido en Estados Unidos, en Cuba o en cualquier otro lugar del mundo pero ¿en Colombia? Quizá esta última parte fue la más interesante de la performance, donde el público participó y se centró en el hecho del consumo ignorando por completo las voces de los “actores del conflicto”. Sin embargo como diría Jacques Rancière hay que abogar por “el espectador emancipado”. Este tipo de obras que intentan generar escándalo haciendo “participar” al espectador que no sabe que es lo que está presenciando, ya no tiene sentido hoy entrando en el siglo XXI. Esto hubiese tenido sentido en la década del setenta, en pleno apogeo del performance, pero hoy, ya no produce nada de nada sino aburrimiento y decepción. Al espectador hay que dejarlo en su lugar y no tomarlo por un imbecil.

El performance fracasó porque hubo mucho aparataje estelar y al mismo tiempo bastante decepción. El análisis del conflicto colombiano por parte de Tania Bruguera –si realmente lo hubo-, es bastante pobre y eso se ve en su performance. La ecuación: guerrilla + paras + cocaína = desplazados es bastante simplista, pues reproduce al pie de la letra, lo que hemos escuchado hasta la saciedad por los medios de comunicación que repiten como loros mojados lo que les dicta el Imperio: el verdadero mal es la cocaína. Esa es la visión de los Estados Unidos quienes financian gobierno tras gobierno, para acabar con ese mal, pero paradójicamente “el mal” persiste porque el principal consumidor es el primer mundo.

Pero en la mesa de los actores del conflicto hizo falta el Estado ignorado por la artista. Si se tratara de Cuba (país que ella crítica cada vez que puede como todos los cubanos exiliados en Miami), quizá la artista hubiese sido más incisiva, en cuestionar el Estado como origen mismo del problema, pero no, se quedó tibia. Luego de hablar con varios de los asistentes, la gran mayoría salió decepcionada y le oí decir a un joven estudiante mientras reía: “hubiera repetido la acción de La Habana, pero con una metralleta para que no fallará”. ¿Tanto le decepcionó para afirmar cosa tan terrible? Me pregunté en ese momento. La decepción siguió haciendo su curso, mientras se vaciaba el lugar y opacando la obra de Gómez-Peña que se desarrollaba al mismo tiempo en otro lugar de la Escuela de Artes.

Creo que Tanía Bruguera acaba de realizar una de sus peores acciones plásticas. Ella argumentará, que todo estaba fríamente calculado, que la decepción hacía parte de su performance, que en Colombia el origen del conflicto es la cocaína y para la prueba un botón: se consumió coca colombiana en Colombia. En fin, esta vez le hizo falta encomendarse a uno de sus deidades santeras para salvar el performance, pero algo falló y aparte del “escandalito” del polvillo, esa acción no generó nada de nada. ¿Será que ese nada de nada también hacía parte del performance?

Ricardo Arcos-Palma.

Bogotá 27 de agosto del 2009.

http://bogota.vive.in/blogs/bogota/un_blogger.php?id_blog=4036597

Comentarios

The Tripman dijo…
me parece muy acertado ver como el arte esta cada vez mas lleno de lugares comunes como esta asociacion tan simplista entre el conflicto en colombia y el consumo/produccion de cocaina. Vemos como hasta a un extranjero como la sra Bruguera le ha calado profundamente la propaganda gobiernista de esta relacion entre el conflicto y la "mata que mata" y mas aun, el renovado interes por la existencia de los heroes "reales" (se estaria preguntando por los comerciales del ejercito sobre los heroes????)
Y finalmente, para completar este "show" (que bien podria estar orquestado por los "ideologos" de la seguridad democratica, alguien tan primario y obtuso como por ejemplo Jose Obdulio Gaviria)estan las declaraciones del ultimo y el actual directores de la escuela de artes plasticas de la UN (David Lozano y Samuel Vergara) "censurando" (¿?) el consumo publico de cocaina.
Veo con suma tristeza como la hipocresia y el neoconservadurismo se pasean campantes por la universidad y mas aun por la escuela de artes plasticas. ¿Si como artistas en formacion tenemos que enfrentarnos a estos censores dentro de la misma escuela que nos esta formando que podemos esperar del mundo que nos espera fuera de la proteccion del campus?
¿es posible hacer arte real e independiente con esta "polcia de la moral y las buenas costumbres" revisando nuestro trabajo y condenandolo cuando este no se compadece con los lineamientos acerca de lo que es bueno y esta bien, cuando su critica como cabezas vivibles(¿?) de la escuela deberia haberse dirigido a la futilidad de este performance que habia creado tan altas expectativas? ¿tenemos que dar la bienvenida al gran hermano en la escuela de artes??
Juan Jose dijo…
No se que más se podia esperar de una accion que trasciende el arte y termina siendo nada.
Frida dijo…
“el espectador emancipado" perfecto!!!!
Pero tambien podriamos hablar del artista emancipado, de ese o esa que no se cree el cuento de artista, de ese o esa que no habla por hablar. HACER ESCANDALO ES MUY FACIL. CONTRUIR CON LOS IMAGINARIOS SOCIALES, TRASCENDER, DEJAR ALGO, ES AHI DONDE ESTA EL TRABAJO.

Que paradoja... el museo se le queda pequeño a la obra y la obra es un fracaso!
LopezRamos dijo…
Muy interesante post, lo he enlazado en mi blog.
Saludos