Vistazo Crítico 4: Materialismos, materialidades y materiales.


Obra de Nadin Ospina.

Entre el objeto, la cosa y la cositeria.


Se inauguró la exposición materialísmos, materialidades, materiales en el Museo de Arte de la Universidad Nacional. Esta exposición itinerante hace parte del Proyecto Pentágono del Ministerio de Cultura, el cual incluye varias curadurías. La muestra está curada por dos artistas Humberto Junca y Jaime Cerón (Director de Artes del Instituto Distrital de Cultura y Turismo). Con esta exposición tenemos la impresión de que "el arte - efectivamente - se vuelve otra cosa", por utilizar las palabras de los curadores.

Es una muestra colectiva tan variada como sucede en este tipo de exposiciones. En ella reconocemos algunas obras - objetos? -, de artistas ya consagrados: Pieza arcaica # 2 de Nadín Ospina - quién expondrá en la próxima bienal de Lyon en Francia -, en la que vemos una vez más sus personajes de tiras cómicas amalgamados con posturas pre-colombinas. Camafeo de Beatriz Gonzales, una obra magnífica en la que el juego de palabras es también visual: una cama de metal es intervenida con la figura de Beethoven, pintada en esmalte.

También vemos artistas más jóvenes pero con obras igualmente reconocidas o reconocibles: Silvia Gómez con Los más pequeños. Memorias a Lucia, obra escultórica que transciende la anécdota, y con una pertinente utilización de los materiales. Germán Martinez y su reconocido trabajo conceptual, esta vez con un juego entre objeto y texto: Canción de cuna nos sumerge en el mundo marginal de la calle. La frase "duérmete niño" está escrita en la pared con frascos de pegante frecuentemente utilizados por los niños de la calle. Andrea Echeverri - más conocida por sus canciones en el grupo Los aterciopelados -, nos muestra sus cerámicas, mezcla de la cultura popular y lo tradicional. Espejo y Ella triste son ejemplo de ello. Maria Teresa Corrales: Intermesión, Monismo y El historiador, nos sumergen en ese mundo en pequeño. Lo grandioso en la obra de la artista está en la ingeniosidad para hacer de algo realmente pequeño e in-significante, algo de una fortaleza visual y contundencia a nivel de significado.

Vemos otros nombres menos conocidos pero con una obra que se perfila rápidamente a la madurez: Rodolfo Galindo, con Toma el paso: dos grandes cabezas de cartón forradas en peluche rojo sobresalen de la pared. Osito de Juan David Medina es a mi juicio una de las obras a resaltar: un osito hecho de tocino cocido en guesta, nos da una imagen que invierte la ternura por la crudeza, con bastante ironía. Silla y Libros de Carlos Restrepo, son construcciones en metal, que parecen salir del cuadro para proponer otra cosa. Alejandro Nieto y sus "pollos" en peluche amontonados como dispuestos al asadero y, María Clara Piñeyro, con su Enanos de Jardín, que parecen dormir, mientras una lámpara les ilumina su muerte. Entre otros.

De exposiciones de este tipo surgen varias preguntas: Cuál es el lugar del objeto en una sociedad como la nuestra? Existe una relación posible entre objeto y sujeto? Hemos perdido ese lugar de privilegio interpretativo del cuál habla Baudrillard? Frente a este "paseo por el mundo de los objetos" como lo insinúan los curadores, donde está el sujeto? Detrás de cada obra, detrás de cada cosa, en la mirada del espectador? "Ninguna de la anteriores?" Lo que si es cierto es que una cosa es una cosa... y un objeto? El arte puede volverse otra cosa, pero en ese momento dejará de ser arte para ser solamente eso: otra cosa. Es esa la impresión general de la exposición, demasiado cositera. Quizá el problema de curadurías como está, es que la teoría se antepone a la práctica. Sobre el papel, todo es permitido - aunque...-, pero la realidad es otra. Lo que salva la exposición, es la gran variedad de miradas frente a lo que es arte, o lo que consideramos como arte.

Ricardo Arcos-Palma.
Bogotá, agosto 9 del 2000.

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