Vistazo Critico Transversal 37: CHILE: DEL LABORATORIO NEOLIBERAL A LA TUMBA DEL NEOLIBERALISMO?


 

CHILE: DEL LABORATORIO NEOLIBERAL A LA TUMBA DEL NEOLIBERALISMO? 

 

Hace dos años estuvimos frente a la Embajada de Chile en París, gritando a todo pulmón « despertó Chile despertó ». Recuerdo haber tomado el megáfono y haber dicho lo siguiente: « Hermanos chilenos. Su lucha es nuestra lucha. Sus victorias son nuestras victorias. Es toda Latinoamérica, que « no tiene piernas pero que camina » como canta René  Pérez (Residente) luego de inspirarse en sus tierras. Su despertar es nuestro despertar. Es el neoliberalismo que está en crisis y ahora más que nunca hay que despertar para sepultarlo. Desde Colombia enviamos un saludo fraterno al bravo pueblo chileno, a su juventud, a los cabros que se enfrentan hoy con gallardía a los cobardes y fachos pacos. Su ejemplo se expande por toda Latinoamérica y se esparcirá por el resto del mundo. Y como dice ese que es ya nuestro himno similar a la Internacional: « El pueblo unido jamás será vencido, el pueblo unido jamás será vencido ». 

Y luego sobrevino extrañamente esa peste del miedo, ese apocalipsis zombie, en clave neoliberal, que no solamente ahogó nuestros gritos con un tapabocas, acallando nuestros reclamos, sino que también nos paralizó de miedo. Bueno, no a todos por fortuna pues somos varios a pensar que esa estupidez planetaria es una invención para mantener a flote el neoliberalismo gracias a el miedo que es un buen instrumento de dominación. En Colombia en el 2021 demostramos que sí es posible decir: Ya basta! Las ciudadanías libres y emancipadas en su mayoría jóvenes salieron a las calles a enfrentar el hambre, la corrupción del gobierno narco-paramilitar durante el Paro Nacional, que desafortunadamente, en un inicio no fue leído por las centrales obreras, quienes  hicieron un lacónico llamado de paro de tres días y una marcha virtual el 1 de mayo, día histórico de los trabajadores. Ese mismo día, salimos varios colectivos como la Coalición de Trabajadores de la Cultura, y decidimos marchar hacia el monumento de los Héroes en Bogota que se convirtió en un lugar emblemático de la resistencia popular. Sin duda, esto hacía eco a las manifestaciones del 2019.

Pero toda esa insurrección popular no tiene sentido sino se traduce en una sanción ética en las urnas como aconteció en Chile. Este 19 de diciembre se jugó todo por la democracia haciendo frente al regreso del fascismo. El joven Gabriel Boric es elegido como Presidente de Chile 60,56% sobre Kast 39,44%. Lo que pasa hoy en Chile afectará considerablemente el resto del mundo y particularmente Latinoamérica. 

 

El impacto de la victoria chilena sobre la región.

Es indiscutible el impacto de la victoria chilena sobre la región. Aunque estamos lejos de los años en que el continente dio un giro verdaderamente a una izquierda y una centro izquierda, conocidos como los años del socialismo del siglo XXI impulsado por Hugo Chávez y sostenido por países como Bolivia, Nicaragua, Cuba, Ecuador, Argentina, Paraguay y Brasil…, Pero viendo el nuevo mapa continental, tenemos a Honduras, Perú, Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Cuba y Chile. 

Brasil al igual que Colombia se perfilan como los próximos países que pueden dar una salto progresista; en nuestro país, con el Pacto Histórico, apoyado por sectores de izquierda como el Partido Comunista, la Unión Patriótica, un sector importante del Polo Democrático Alternativo, Movimiento Alternativo Indígena y Social y la Colombia Humana y otros sectores que han roto con el centrismo como los Verdes, al menos en una buena parte de su militancia. Esperemos que en este pacto puedan estar contemplados los excombatientes de FARC representados por el partido Comunes. Si Colombia, que pasa por un momento complejo luego de las manifestaciones del 2021 terriblemente reprimidas, logra dar un giro a este gobierno narco-paramilitar, la fortaleza progresista del continente se vería respaldada, teniendo en cuenta que este país fue el segundo país en la región en dar pasos agigantados hacia el neoliberalismo luego de los "años del revolcón" de Cesar Gaviria iniciando la última década del siglo pasado. 

Aún así, no olvidemos que la injerencia de organismos como la OEA, será sin lugar a dudas significativa y la presión de la Union Euroepa con sus trasnacionales no será menor para mantener sus intereses en la región. Desde hace por lo menos tres décadas, las empresas europeas están muy bien implantadas en todo el continente y en el país austral fueron ratificadas en el acuerdo de la CELAC-UE del 2015, con Piñera en el poder. La victoria chilena es significativa pues genera una confianza en el plano electoral en nuestro país. Las revueltas populares acompañadas de un consciente juego democrático, pueden en efecto generar un cambio significativo hacia la izquierda en todo el continente, que sin duda esta vez, tomará nota de los errores del pasado reciente, que se han cometido, para seguir construyendo el socialismo del siglo XXI ya entrada la segunda década; lo que acontece en Latinoamérica, sirve de inspiración incluso a movimientos como el de la Francia Insumisa y el despertar del Partido Comunista Francés con la candidatura presidencial de Fabien Roussel quien en su cuenta de twitter se refirió al triunfo de Boric en los siguientes términos: “Bravo a Gabriel Boric, el nuevo presidente de Chile, Bravo al pueblo chileno, unido, que retoma el destino en sus manos. Bravo a los comunistas, a los sindicalistas, a las fuerzas progresistas chilenas que participaron en esta victoria”.  

 

 

Una coalición entre el centro y la izquierda logra la victoria en Chile.

Las recientes elecciones en Chile son el producto de un cambio de orientación política en Chile que no dista mucho de otros horizontes como el colombiano o el europeo. La emergencia de nuevos partidos políticos que se dicen romper con la tradición, se abren camino en una juventud que desea romper con ciertos esquemas. En el caso chileno, desde el movimiento estudiantil que recorrió todo el continente, desde los Cuadrados Rojos de Canadá, hasta el movimiento chileno de liceos y universidades pasando por Colombia con la MANE y por el movimiento indignados en España. En el caso chileno, surge con fuerza una serie de líderes estudiantiles que en el 2011 manifiestan contra el sistema neoliberal que privatiza la educación: “Va a caer, va a caer la educación de Pinochet” gritaban los estudiantes contra la política del primer mandato de Sebastián Piñera. 

De este movimiento surgen líderes estudiantiles como Camila Vallejo de las Juventudes Comunistas y Gabriel Boric quien hacía parte de Izquierda Autónoma de orientación marxista y gramsciana y que luego tras un debate interno del naciente partido pasa a formar el Movimiento Autonomista del cual va a ser parlamentario. Izquierda Autónoma en un primer momento hace alianza con Revolución Democrática, liderada por estudiantes como Giorgio Jackson en su mayoría  de centro  y la polémica centro izquierda (algo similar a las estudiantes del MOIR en Colombia). Tal partido se declara rápidamente en oposición a Piñera y se alinean con el progresismo cercano a la socialdemocracia que profesan nuevos partidos como Podemos en España, la Francia Insumisa y la Colombia Humana (que logra ser partido hasta el 2021) partidos estos que recogen varios sectores de izquierda en un variado pero complejo panorama. Aunque el RD no es propiamente en su mayoría de izquierda, hay varias fracciones que se orientan al centro. 

Y esto se ve incluso en las recientes elecciones. Obviamente todos estamos felices con este cambio de orientación, pero la realidad política está lejos de ser un apacible jardín. Las recientes elecciones legislativas, ponen al electo presidente Boric, con un cierto poco margen de acción: su coalición tan solo tiene 37 de 155 escaños en el Parlamento es decir poco menos del 30%, lo que significa que el margen de acción para llevar a cabo su plan de gobierno es verdaderamente reducido. Siento ser aguafiestas pero la realidad política es esta.  

 

El cambio de presidente: ilusión o transformación real. 

Las ciudadanías libres y emancipadas nos hemos emocionado con el cambio de gobierno en Chile. Obviamente es una victoria contra el fascismo que, desafortunadamente, está lejos de ser sepultado; fue derrotado, de eso no hay la menor duda. Pero no olvidemos que estos junto al centro derecha detentan más del 65% del Parlamento. Sin embargo, siendo optimistas, es un buen paso que rompe con un modelo de gobernabilidad donde ahora la oposición es gobierno, y esto a nivel internacional significa muchísimo. Gabriel Boric y su bancada que se desprende del Frente Amplio liderado por los comunistas, así Daniel Jadou considerado por algunos como radical, no haya logrado imponerse a Boric, tendrán que desplegar estratégicamente una serie de alianzas con sectores moderados de la derecha situados en el centro, quienes podrían facilitar de una u otra manera, un proceso no traumático de transición para el país. No se puede intentar gobernar a la Salvador Allende por más que lo anhelemos y, mucho menos a lo Hugo Chavez, pues este nuevo gobierno de Chile no tendrá obviamente el apoyo de las fuerzas armadas, herederas del modelo pinochetista. Y si lo tuviera, ya vemos lo que ha acontecido con la Republica Bolivariana: un cerco y bloqueo económico que asfixia este proceso. 

La pregunta que surge entonces es: cómo gobernar sin crispar a los grandes empresarios y evitar la fuga de capitales? Sin duda surge en el horizonte la experiencia del Brasil de Lula y de Rousseff. Pero si estos fueron al final traicionados que se puede esperar de esas alianzas peligrosas con el gran capital para lograr reformas sociales? Quizá el ejemplo que Chile debe mirar es Bolivia. Allí se ha dado un tránsito hacia el socialismo no sin ciertos grandes obstáculos como lo que se vivió con el pasado golpe de Estado del 2019. Para ver mi postura frente a esto, ver el articulo que publiqué en el Semanario VOZ en esas mismas fechas. El modelo boliviano impulsado por Evo Morales y Garcia Linera y hoy continuado por Luis Arce sigue siendo exitoso en materia de gobernabilidad, sobre todo al apostarle a generar riqueza con la industria de energía Quantum, la mas importante del continente en materia de litio y otros materiales que mueven la industria automotriz eléctrica y las telecomunicaciones.  

En ese sentido, digámoslo sin tapujos, no es suficiente el cambio de Presidente en Chile, así nos emocione el saber que el joven Gabriel Boric, tragó gas lacrimógeno en las calles durante las revueltas estudiantiles del 2011 siendo uno de los protagonistas de las revueltas juveniles y que fue el sucesor de la comunista Camila Vallejo en la Federación de Estudiantes Universitarios de Chile. El pueblo debe mantenerse alerta (así también lo manifestó públicamente la extrema izquierda y su grupo de resistencia el Frente Manuel Rodríguez quien alerta al “joven presidente”) primero ante cualquier intentona de los fascistas por dar un golpe blando o golpes de Estado con discreta intervención militar como los acontecidos en Paraguay, Brasil, Honduras, Bolivia apoyados esta vez no solo por los gobiernos como los USA sino por las transnacionales Europeas quienes no olvidemos han apoyado a las derechas del continente, como la boliviana y la venezolana donde el caso más patético es el reconocimiento del títere Guaido, y segundo ante un desvió de sus promesas electorales. En esta misma dirección van las criticas de Atilio Boron con quien coincido plenamente. Es decir lo de Chile es digno de tenerse en cuenta, sin embargo, podemos pensar en un final del neoliberalismo? Creo, que lo que sucederá , será un paso importante para dejar sentadas las bases de un verdadero cambio en Chile como en la región. 

Aquí hay que recordar a Inti Illimani y su inolvidable “Canción Popular” que dice: 

“…porque esta vez no se trata tan solo de cambiar un presidente, será el pueblo que construya un Chile bien diferente. ”

Si el pueblo en Chile no sigue estando presente, y dispuesto a estar en las calles para defender este gobierno y para construir ese anhelado país con justicia social, ningún cambio real será posible. 

 

Ricardo Arcos-Palma 

París, 20 de diciembre del 2021

 

 

 

 

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