REFLEXIONES PROFANAS. COVID MEJOR QUE GUAIDO.




REFLEXIONES PROFANAS.
COVID MEJOR QUE GUAIDO.

Como la mayoría de la gente, anestesiada por el ritmo frenético de la actualidad, sufre de la extraña enfermedad de la que padecía el protagonista de Memento, esa película de Christopher Nolan, voy a recordarles algo. 


Hace muy poco tiempo, en el mejor de los mundos posibles (cuanta falta hace releer a Voltaire), donde el dinero fluye (pero en manos de unos pocos), donde todo es felicidad (para los banqueros), donde las corporaciones transnacionales gobiernan el mundo y montan presidentes, donde en la fábrica de imágenes más grande que ha conocido la historia (Hollywood), se fabricó la nueva onda de "lucha social" con aroma a género, que reemplazaría la lucha de clases, donde la guerra sigue siendo el principal motor de la economía fascista, se puso a prueba algo digno de una película: se construyó un monstruo, que sería un verdadero líder político, pues encarnaría los valores más preciados de la democracia, al mejor estilo Western, es decir con revolver al cinto, que no necesitaría ser elegido como presidente en votación alguna, que dejaría a las multinacionales y a los bancos seguir haciendo negocios a su antojo y además, enterraría de una vez por todas ese fantasma del socialismo que de una u otra manera sigue soñando con cambiar el mundo; de esta manera nació en un oscuro laboratorio neoliberal, ese monstruo político producto de una extraño experimento molecular, que mezclaba células de un rábano, un tarado mental y un mercenario: así nació Gauido. Un extraño virus que inocularía la democracia y la cambiaria sin mayor esfuerzo.




Pero algo salió mal. Tanto descaro y falta de ética en el mundo de la política, en eso que he llamado la teatralidad de la política transformado en una verdadera comedia, provocó un despertar de las multitudes: desde Ecuador hasta Chile, pasando por Venezuela, Francia, Italia, España, Estados Unidos y Colombia las ciudadanías emancipadas comenzaron a no tragar entero y como V de Vendetta, prometieron destruir todo aquello que generara ganancias a costa del sufrimiento del pueblo. 



Y esen ese justo momento, que el monstruo Guaido fue dejado en el armario, y salió al escenario de la comedia política devenida tragedia, el otro monstruo: Covid, no es el mismo número de letras, así que no crean que todo es producto de un pensamiento conspirativo. Este nuevo monstruo que ahora nadie ve, es mucho más eficaz, pues genera el anhelado "distanciamiento social", la sospecha de que el otro, tu aliado tu prójimo, puede ser agente de tu propia muerte, de que el aire que respiras puede matarte... Este si que ha sido eficaz: creó miedo, produjo muertes pero en las clases más desfavorecidas, (verdadera limpieza social), propició despidos masivos, es decir descargó a los patrones de sus responsabilidades para con sus empleados, acrecentó el movimiento de capital que va a las grandes empresas, a los bancos, reactivó la economía, pese a todo y lo mejor, creó miedo en un futuro próximo.

Por eso que a mí no me vengan con el cuentico aquel que este virus es realmente letal. Pues si estos desgraciados que gobiernan el mundo son capaces de prestarse para tremenda farsa de recibir a un mequetrefe como Guaido, como si se tratara de un legítimo presidente, son capaces de todo: incluso de vender a su propia madre. Nos dejaremos poner el bendito "bozal-mascarilla"? Nos dejaremos joder por el bendito "distanciamiento social"? O los acabamos de una vez por todas o terminaran con lo que quede de Humanidad; les dice algo esa extraña palabreja? H U M A N I D A D.


Ricardo Arcos-Palma
Paris, 28 de julio del 2020.

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