ARCOLOMBIA O EL OCULTO ENCANTO DEL MERCADO DEL ARTE.
La
prensa española y la prensa colombiana, que es la misma cosa después de que el GrupoPrisa (comprara derechos en la prensa nacional particularmente el diario El Tiempo), han
elogiado la Operación Colombia en ARCO. Carlos Jiménez con la lucidez que le
caracteriza anunciaba como la hija menor (Colombia vía ArtBo) llegaba al
rescate de desahuciada Feria de Arte ARCO: Ministerio de Cultura, Ministerio de
Relaciones Internacionales y Embajada de Colombia en España despliegan una
estrategia muy fuerte para la conquista cultural colombiana en La Madre Patria.
Jorge Peñuela insiste desde de la Academia y hasta el cansancio como el arte
hoy ha sido legitimado y ha sido coaptado por el mercado. De otra parte un
galerista tan importante para el desarrollo del arte contemporáneo en Colombia
como Jairo Valenzuela y participante en ARCO, señala la complicidad de ciertos
gestores culturales como María Willis (del Banco de la República) por ser juez
y parte de esta estrategia comercial, siendo ella parte importante de una
galería y al mismo tiempo artífice de la organización donde por supuesto, afirma Valenzuela, se
favorecieron varios de sus artistas. Todo esto enmarcado como no, dentro de la
agenda y estrategia diplomática (aquí
Valenzuela coincide con Jiménez) del actual presidente Juan Manuel Santos que
se subió en este tren de la cultura para insistir que el proceso de paz en
Colombia es un proyecto de un país en desarrollo cultural y comercial por supuesto. Es decir que esta es la nueva realidad
del arte y la política donde aparece el recalcitrante arte cortesano a la antigua usanza de la época de los reyes.
Caramba pero que acabo de decir, esto si que no me lo perdonarán nunca. La
ausencia de artistas comprometidos políticamente con la realidad nacional como
José Alejandro Restrepo ha levantado también serias dudas sobre la objetivad de
la agenda ARCOLOMBIA. Sin duda como lo dice Valenzuela, al Presidente de la República de Colombia ni a los
Reyes de España les hubiese gustado que se hable de los paramilitares, de la violencia en Colombia etc, etc es decir que se "hable mal" del país. Obras como las de Nadia Granados o la de Fernando Pertuz tampoco hubiesen
entrado dentro de esta agenda comercial y diplomática, pues sus obras señalan
una y otra vez las tensiones sociales que existen en el país.
Si
embargo, ARCO tuvo muchas bondades sin duda: reconocimiento a la labor cultural
de personajes como Celia Birbragher directora de ArtNexus quien fue galardonada
con el Premio A de las artes, luego de una labor de más de 36 años. También a
una coleccionista privada, la colombiana
Katherine Barón que si bien su nombre no ha sido muy reconocido a nivel
nacional, su colección es muy arriesgada al coleccionar artistas mujeres en su
mayoría y performance por ejemplo. Otro de los aspectos a destacar es la
presencia de grandes artistas entre ellos María José Arjona, Oscar Murillo,
Oscar Muñoz, Miguel Ángel Rojas entre otros. De los grandes colados el artista
Iván Argote, que sin ser invitado se destacó con su obra Messagers. Hubo otros
colados menos afortunados que no nombraré pero que además de recibir mucha
vitrina en Colombia, su obra pasó desapercibida en el medio madrileño. Y lo
positivo también de este evento fue hacer visible parte de la colección privada
del colombiano José Darío Gutiérrez que confió su colección al curador Santiago
Rueda quien elaboró una excelente exposición en el Instituto Cervantes titulada
“Autorretrato disfrazado de artista: arte conceptual y fotografía en Colombia”.
La exposición Acorazado Patacón, exposición curada por Juan Sebastián Cárdenas
y Daniel Silvo para La Tabacalera, mostró obras de artistas emergentes como
Paulo Licona, Felipe Arturo, Elkin Calderón, Natalia Castañeda entre otros, y
esto fue más bien positivo.
Otro
elemento positivo de ARCO fue el hacer visible ferias alternativas como JustMad6 donde Colombia también tuvo presencia en Off Axis Colombia comisariada
por el colombo-británico Ramiro Camelo. Donde se pudo apreciar a artistas como
Maquiamelo, Karen Aune, Andrés Moreno Hoffman, Ana María Gómez, Aira Henao y
Guillermo Londoño entre otros. La presencia de artistas colombianos en esta
feria fue significativa en número más de cuarenta artistas. Mucho más que en ARCO y de
anotar que este proyecto no contó con un solo apoyo económico de la delegación
Colombia en Madrid. Ni siquiera el Embajador de Colombia en España Fernando
Carrillo Flores se dignó a pasar y tampoco los dejó entrar en la fiesta
programada para la delegación colombiana en ARCO olvidando que una Embajada es
un territorio nacional que cualquier ciudadano oriundo de ese país puede pisar.
Ahora
bien algo que me interesa discutir en este vistazo crítico y que de una u otra
manera ya se ha venido discutiendo fuertemente en las redes sociales
particularmente en Crítica Pública, un espacio que coordino en Facebook, es el
poder pensar el asunto de la legitimidad del arte contemporáneo en el país,
legitimado por el mercado; cosa bastante complicada. Si bien el arte no riñe
con lo comercial, sería absurdo pensarlo de esta manera, parecería que el arte
contemporáneo cada vez más está bajo la misma óptica. El pasado Salón (Inter)
Nacional de Artistas desarrollado en Medellín ya levantaba esta suspicacia. Si
bien este salón lo dije en su momento y
aún lo sostengo, fue excelente, preocupa la presencia descarada de las galerías
de arte y sus artistas, como si el salón se hubiese convertido en una extensión
de los ferias de arte. Y es aquí donde dejo sentada mi posición. Que una feria
comercial como ArtBo, ARCO u otra sea comercial eso es legítimo y sería absurdo
cuestionar esto. Pero que los eventos artísticos (Salón nacional
incluido) hayan ingresado todos bajo la óptica del mercado, esto si es
altamente problemático. Por que esto determina que los artistas que no hayan
vendido su alma la diablo, o dicho de otra manera no estén “representados” por
un galerista y no tendrán visibilidad dentro del mundo del arte.
Es
aquí donde creo yo, que nuestros gestores culturales, los que están al frente
de nuestras instituciones deberían tener mucha precaución. Claro estamos
inmersos en un mundo capitalista donde sin dinero no se puede hacer nada
relevante, al parecer. Sin embargo, el mercado tiende a anestesiar las
practicas críticas tal como se vio en
ARCO. Por ejemplo, un Antonio Caro con su propuesta “TODO esta muy CARO en
Madrid”, completamente anestesiado en esta anestésica
(Buck-Morss) en la que estamos inmersos y exhibido en el exclusivo mercado San
Anton, donde hay excelentes restaurantes y donde los que va a comer allí no les
importa que todo esté muy caro. De hecho el maestro Caro no dialogó y ni se
enteró del movimiento estudiantil que protestaba contra la privatización de la
educación ,“2+3: No! Es Caro Y Clasista” al mismo tiempo en que se exponía su
obra. Esto demuestra el anesteciamiento del “arte crítico” que pretende hablar
de una situación social. Más sentido hubiese tenido la obra de José Alejandro
Restrepo que habla del conflicto en Colombia pero como todos sabemos no fue convocado por la sencilla razón “que hablar mal del país” en un vitrina
comercial es considerado por el glamur del arte de muy mal gusto.
Los
artistas en Colombia están seducidos con el oculto encanto del mercado del arte
y esto puede ser complejo sobre todo cuando este encanto puede ser un canto de
sirena. Amanecerá y veremos pero esperamos y confiamos que el arte que se
desarrolle en el país no claudique enteramente a las leyes del mercado. Sobre
todo el políticamente comprometido. Los demás, que vendan hasta el alma, están en su legítimo derecho.
Ricardo
Arcos-Palma
Bogotá,
marzo 6 del 2015.
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