GERMÁN ARRUBLA / SACRUM CONVIVIUM.
A manteles, de sobremesa y otras exquisiteces.
“¡Bonita Sobremesa! Hace media hora que estamos callados como tres
muertos”.
José Asunción Silva. De Sobremesa.
“Caballeros no estamos aquí para hacer una orgía vulgar
y, no nos vamos a tetanizar alrededor de esta mesa.”
La gran comilona. Film de Marco Ferreri.
“Oh sagrado banquete, en el que se recibe a Cristo;
el recuerdo de su pasión;
mente se llena de gracia;
y se le da una prenda de la gloria futura para nosotros.
(¡Aleluya!)
Les ha dado el pan del cielo;
Tener todo dulzura.”
Santo Tomás de Aquino. Sacrum
Convivium.
Germán
Arrubla es uno de los artistas más importantes de la contemporaneidad en
Colombia, y su obra hasta ahora se puede conocer a profundidad. Arrubla ya había
comenzado a tener resonancia internacional el año pasado con su participación como
artista invitado en el XVIII Bienal
Internacional de Arte de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, junto a la chilena
Cecilia Avendaño y la guatemalteca Regina José Galindo, (ganadora del León de
Oro en Venecia). Su participación en la Primera Bienal de Sur en Panamá cerró
este ciclo internacional del año pasado.
Su
obra compleja y multifacética se enmarca dentro de lo que he llamado los Otros
Realistas o Alterrealistas, noción estética que tiene una significación
profunda con los postulados Altermodernos enunciados por Nicolás Bourriaud en
su ya famosa Trienal de Londres y
confirmado en diálogos que hemos sostenido con él desde su paso por Colombia en
el 2010.
Germán
Arrubla había presentado su instalación-vídeo MANTRA, una serie de escarabajos
peloteros (que extrañamente nos recuerdan las esmeraldas por su color verdoso),
producen un zumbido que se convierte en una especie de letanía. Esta obra
presentada inicialmente en Bolivia durante la bienal, estaba proyectada sobre
diarios locales como si esos insectos estuviesen devorando la actualidad.
Esta
obra tiene que ver con otra: DIET-ÉTICA presentada anteriormente en la Bienal
de Santa Cruz de la Sierra. Un conjunto de video y fotografías realizados con
los mismos escarabajos previamente sometidos a
un cambio de dieta. Los escarabajos luego de un ayuno
forzado comienzan a devorar celulosa: el papel
periódico impreso con noticias de política y sociales. El
sonido del los escarabajos
(mantra) esta reforzado
por la oración del Padre Nuestro (mantra de
la religión católica): “el pan
nuestro de cada
día dadnos hoy”, insiste la oración.
El cristianismo
antiguo con el
pueblo egipcio crean una especie
de sincretismo donde el escarabajo
pelotero es símbolo
de inmortalidad y resurrección:
los escarabajos al poner sus huevos y nacer de las bolas de estiércol
acentuaban está idea. La asociación posterior con Cristo
a quien llamaban el BONUS SCARABAEUS (el buen escarabajo) es significativa. Aquí radica la esencia de la obra de Germán
Arrubla, enraizada en una profunda escato-teología como buena parte del arte
moderno y contemporáneo, generando así una filiación importante con artistas
como Piero Manzoni, Antonin Artaud, David Nevreda, Win Delvoye entre otros.
Escato-teologicus,
scarabaeus sacer, devoradores de la actualidad (noticias de prensa),
defecadores de tiempo, alas vibrantes perforan nuestros tímpanos que ahora
están inmersos en una letanía mística. Mantras sagrados y oraciones se mezclan
en un perfecto sincretismo que nos recuerdan lo que ya Antonin Artaud
anunciaba: la existencia y lo divino son realmente escatológicas. La existencia
es absolutamente coprológica y hiede; y ahí donde hiede y huele a ser está Dios,
decía Artaud y Jacques Derrida estaba completamente de acuerdo con él. Lo
sagrado aquí se une promiscuamente con lo pagano y lo humano anudando lo que
parecía en principio incompatible: la carne y el alma, pues ambos son un solo
cuerpo.
Ahora
bien, existen dos elementos centrales que articulan SACRUM CONVIVIUM de Garmán
Arrubla: la mesa y el alimento. La mesa elemento fundamental donde se realizan
los más exquisitos banquetes, se tejen las intrigas, tramas, lazos de amistad y
donde al mismo tiempo se toman las decisiones más importantes y en ocasiones
las más innobles e inhumanas. La historia del arte nos recuerda una cena
célebre narrada por la Biblia: la última cena y la más reconocida es la de
Leonardo da Vinci. En esta última cena, los doce apóstoles asisten a un
banquete de despedida. La traición es el eje central de esta escena que abre la
puerta a la pasión y muerte del redentor.
Arrubla
retoma esta historia (desarrollada en otra de sus obras Territorio Animal), y
la relaciona de manera magistral con nuestra reciente trágica historia de la
política donde el paramilitarismo amparado en el Estado, crea un grupo de
extrema derecha denominado “Los Doce Apóstoles” en la región de Yarumal en el
departamento de Antioquia. El grupo conformado por importantes
empresarios, políticos y hasta un sacerdote, organizan los crimines más atroces
contra la población civil, que ellos consideraban escoria de la sociedad:
indigentes, homosexuales, activistas políticos de izquierda entre otros, con la
complicidad de la policía y el ejército.
La
obra “The Last Supper” (2013) es un señalamiento crítico y directo con el cual, doce columnas formadas de
suntuosos platos con el borde en laminilla de oro contiene la impresión de los
escarabajos que se reúnen en sacro alimento. Estas impresiones gracias al
código layer dejan ver los vídeo de los mantras, creando así en la sala un
cacofonía que genera una cierta tensión. Las columnas de platos, conforman una
mesa invisible donde se puede sentir la relación entre alimento y crimen. El
sacrificio con su condimento religioso y redentor está aquí presente. Al fondo
como en un altar la proyección de un escarabajo (El Predicador) que mueve sus
patas, parece oficiar una misa o dar un discurso, bien escoltado por dos
jarrones pintados que recuerdan a los jarrones Meissen del Palacio de Nariño:
estos jarrones pintados sobre terciopelo violeta, también contiene el código
layer y el espectador con ayuda de su teléfono celular puede entrar al palacio
de gobierno. La relación entre la mesa de los doce apóstoles y el Palacio de
Nariño es aquí contundente.
Por
otra parte aparecen libros, alimentos del espíritu, que ponen de relieve el
asunto de la justicia y lo humano-animalizado. “La Agonía” (2013) es una obra
en la que un libro intervenido (La Metamorfosis de Kafka) con perforaciones
laser a manera de manzana, deja entrever un vacío y al mismo tiempo un vídeo
que muestra a un escarabajo de espaldas que parecer luchar por ponerse de pie. Gregorio
Samsa está aquí encarnado en este animal que recuerda esa Historia de la Animalidad que seguimos escribiendo. Otros libros
como el de la Constitución Política de cubierta roja, hacen parte de estos
alimentos ilustrados. La Carta Magna, es horadada con laser, dejando ver una
palabra muy común en el argot de la calle: “Sisas Gonorrea” (me la estás
debiendo hp). Este libro intervenido insiste sobre una deuda pendiente: la
Constitución del 91 aún no se aplica a cabalidad y por el contrario tiene
enemigos de los más reaccionarios.
Esos
libros intervenidos parecen servir de alimento a los escarabajos, que están muy
relacionados con el acto litúrgico y lo sagrado donde el cuerpo y la sangre de
Cristo se comen y devoran en un acto caníbal. Varios de estos escarabajos se
ponen a dieta, y terminan devorando la actualidad de los periódicos, así como
las letras excremenciales que forman la palabra politiké: los escarabajos devoran esta palabra, insistiendo que la
política atravesada por lo sagrado es un alimento que hiede. Jarrones pintados referentes a los que hay en
el palacio de Nariño, donde la presencia del escarabajo que es sutil en los
originales, comienzan a invadir todo la cerámica; y platos suntuosos con bordes
dorados, elementos dispuestos para un gran banquete, donde los escarabajos
(Bonus Scarabeus), están por todas partes y como plato principal: en los pasaportes de un militar, en los sarcófagos
formados por corazones dorados donde se guarda un kepis ruso: aquí la
referencia a Kafka y su texto “En la colonia penitenciaria” es importante y
donde las agujas forman una inscripción: Sé Justo”. También encontramos un
libro de cocina típica colombiana donde en un recipiente de especias está
contenida la noticia que apareció en los periódicos y conmovió al artista: una
familia se alimentaba de papel periódico y agua de panela; realidad terrible y
no aceptable que padecen buena parte de los olvidados de la sociedad
colombiana.
A
estas exquisiteses de este gran banquete, se agregan de sobre mesa, horadaciones con forma de manzana: mordidas y en
descomposición; la manzana elemento fundamental del imaginario colectivo,
materializa varios símbolos: la discordia (el juicio de Paris), lo sagrado del
árbol del bien y del mal, que ocasiona la expulsión del Paraíso (Adán y Eva),
símbolo del conocimiento (Newton), del sueño embrujado y envenenado (Blanca
Nieves), de la tiranía del padre (el escarabajo de la Metamorfosis de Kafka,
tal como no lo recuerda Arrubla, es agredido por una manzana que el padre de
Gregorio le tira hiriéndolo en la espalda hasta que esta se pudre), de la
globalización del conocimiento (Appel, donde la manzana mordida se realiza en
homenaje a uno de los pioneros de la informática Alain Turing, quien fue
condenado por ser homosexual y luego envenenado con cianuro puesto en una una
manzana). Tal es el caso de “Árbol
Sabio” (2013): un escritorio perforado acoge en su interior una manzana real
que se descompone poco a poco. El escritorio como elemento de aprendizaje y
símbolo del poder intelectual guarda ese el fruto de la sabiduría, mientras el
espectador puede ojear una libreta a manera de diario, horadado con palabras
deja que el espectador pude ojear el recorrido que realizó el artista en
Londres cuando el se ganó la vida hace años como lavaplatos: recortes de
prensa, invitaciones a exposiciones, plegables, postales anotaciones dan cuenta
de su “formación artística” en un momento donde la capital inglesa generaba un
gran movimiento artístico que sin lugar a dudas a servido de soporte estético a
la obra de Germán Arrubla.
La
obra de Germán Arrubla, es una mirada crítica donde la religión, la justicia y
la política se disponen sobre la mesa para La
Gran Comilona. Todo está servido. ¡Buen provecho!
Ricardo
Arcos-Palma
Curador.
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