DULCE COMPAÑIA: Vistazo Crítico a la obra de Álvaro García Ordoñez.
El artista colombiano Álvaro García Ordoñez, residente en Estados Unidos, expuso hace poco en La Fundación Santillana su más reciente obra “Dulce Compañía”. El título de esta obra alude de manera directa a la oración entonada al Ángel de la Guarda quien está encargado de velar por nuestra seguridad según el Catolicismo. Un ángel que nunca nos deja y que nos protege de todos los males. Un ángel que enfunda una espada lista a cortar cabezas. La obra de García Ordoñez http://www.alvaro-garcia-ordonez.org/ más conocida en Alemania donde el artista vivió prácticamente quince años y, paradójicamente desconocida en nuestro medio, se nutre de un contexto donde la violencia era el pan de cada día. Una violencia matizada por un profundo sentimiento religioso.
Así, en la obra de García Ordoñez surgen figuras del imaginario Cristiano: Vírgenes, Divinos Niños y Ángeles principalmente. Estas figuras forman procesiones que se sumergen en el agua, símbolo para el artista de sanación pese a su carácter mortuorio. El agua para el artista está íntimamente relacionada con la historia de los ríos de nuestro país, que servían –y quizá aún-, para transportar no solamente embarcaciones sino cuerpos de las víctimas de la violencia. El artista recuerda como de niño su madre les gritaba desde la orilla del río para que saliera del agua, pues unos "bultos" de fique flotaban en ella arrastrados por la corriente. El artista sin saber que significaba eso, veía flotar esos costales, cuasantes de la interrupción de sus juegos infantiles. Años más tarde el va a saber que eran esos bultos flotantes.
El artista en Dulce Compañía expuso algunas fotografías donde veíamos batallones de vírgenes y ángeles marchando en el agua. Pero la obra que más me interesa resaltar es realizada en un lugar cercano a la Peña Cundinamarca -lugar panelero y origen del artista, foco de una violencia intensa-, donde las armas de los mafiosos, de los guerrilleros y los paramilitares eran cosa cotidiana. Pero estas armas realizadas por el artista tendrán un destino distinto: ellas se fundirán en una gran marmita para que los que las utilizado hecho puedan beberlas; las armas realizadas en panela, se convertirán en el elemento terapéutico para sanar esas cicatrices difíciles de curar en los actores del conflicto. Esta idea será retomada por desmovilizados de la guerra (paramilitares y guerrilleros), quienes fabricaran esas armas las cuales serán fundidas y transformadas en líquido curativo. Es bien sabida las virtudes curativas del agua de panela y García Ordoñez la utiliza como catalizador en performance colectivo que apenas comienza. Este proyecto deberá ver la luz gracias a la Comisión Nacional de Reconciliación quien hace un año se interesó en la obra del artista.
García Ordoñez es uno de esos artistas que lejos de todo protagonismo han dedicado su obra desde hace más de quince años a cuestionar el papel de la violencia en una sociedad como la nuestra. Dulce Compañía es un cuestionamiento a la idea de Seguridad, cimiento mismo de la violencia. Las armas de panela colgadas en la pared de la galería de la Fundación Santillana, son un testimonio de que la guerra puede tener un final. Aquellos que antes se mataban, realizarán armas de panela con un sentido terapéutico. En esta acción se encuentra la fuerza de la obra de García Ordoñez, quien cree en poder curativo del arte. En este sentido su obra, desborda el terreno del arte y se inscribe en el contexto social. Por lo tanto su obra es un verdadero ejemplo de arte y política. Para nada es una pose, como la que asumen artistas nada comprometidos, y quienes se ufanan de ser artistas políticos. A la pregunta de si usted es un artista político, García Ordoñez responde: Yo solamente hago arte que tiene que ver con la realidad, en este caso nuestra realidad nacional. Si eso es arte político sí soy un artista político.
Dulce compañía es una reflexión artística donde el papel de la industria armamentística fuente de ingresos enormes en los países fabricantes de armas como Francia, Israel, Rusia y Estados Unidos, es cuestionado. El rol humanitario de estas naciones frente a la noción de Seguridad es fuente de grandes tensiones políticas en el mundo entero. Para nadie es un secreto esto. Y el arte aquí se convierte en un factor de señalamiento y saneamiento para aquellos que alguna vez utilizaron armas para matar.
Ricardo Arcos-Palma.
Bogotá, septiembre 1 del 2009.
http://www.alvaro-garcia-ordonez.org/
http://revista.escaner.cl/node/263
Comentarios