IN MEMORIAM DE MANUEL H.
En el centro de Bogotá, en la antigua Calle Real, hoy Carrera 7ª con calle 22, se encuentra un lugar maravilloso, que se resiste al paso del tiempo: un lugar donde reposa la historia misma de la fotografía moderna del país, un lugar donde Manuel H (1920-2009), el reconocido fotógrafo vivió entre sus miles de fotos de personajes famosos, sus cámaras y cientos de anécdotas que el mismo fotógrafo estaba hace muy poco, dispuesto a contar a los visitantes cada vez que él se detenía frente a una de sus fotos u objetos. Hace ya varios meses, gracias a la invitación del curador y coleccionista Carlos Alberto Gonzales y en la compañía de los artistas Erika Diettes y Germán Arrubla descubrí esté maravilloso lugar lleno de historia y a Manuel H. Al entrar al lugar y ver las paredes tapizadas de fotografías en color y sobre todo en blanco y negro y, al recorrer ese espacio laberíntico guiado por el mismo Manuel H. y sus hijas y nietos que velaban sobre él como cuando se guarda el más preciado tesoro, me di cuenta que era realmente afortunado el poder estar ahí. Pero al mismo tiempo me pregunté si esa fortuna era compartida. Me di cuenta que ese personaje, quien fue uno, sino el más grande de los fotógrafos colombianos junto a Leo Matiz entre otros, merece un lugar mejor en la historia de nuestro país, que en ocasiones es injusta con aquellos que han hecho la historia. Y ese es el caso de Manuel H.
Cuando salí de ese lugar, bastante emocionado, un día cualquiera del mes de mayo, me puse a revisar la obra del fotógrafo y me propuse realizarle un homenaje en vida. El mes pasado por invitación de Bibliored, mostré una faceta desconocida o poco estudiada del fotógrafo: su visión estética de la ciudad de Bogotá bajo el título: Bogotá: ciudad revelada. Estética, ciudad y fotografía bajo el lente de Manuel H. Sus fotos que generosamente sus familiares me autorizaron a divulgar, fueron recibidas con gran admiración por el público de las tres bibliotecas públicas del Tunal, Tintal y Salitre que conocían muy poco del fotografo salvo uno que otro que le conoció personalmente en sus caminatas del centro de Bogotá o por sus clichés fotográficos de las corridas de toro de la Santa María. Manuel H, recogió en su lente la historia misma del país. Sin proponérselo se convirtió en el fotógrafo por excelencia de las corridas de toros: el retrato del famoso torero Manolete realizada en 1946 dejó en claro que su visión y su cámara lograba retratar lo más profundo del ser humano. Siguieron retratos de personajes célebres del mundo cultural como, Lucho Bermudez, Gabriel García Márquez, Fernando Botero, Jorge Riberos, Alejandro Obregón, Eduardo Ramírez Villamizar, León de Greiff, la mayoría de ellos tomados sin que el retratado se diera cuenta lo que hace de esos retratos fotos reveladoras del carácter del personaje, cosa difícil de captar. Los personajes del mundo de la política también fueron objetivo de su lente, como Luis Carlos Galán, Misael Pastrana, Álvaro Gómez Hurtado y el mismo Jorge Eliecer Gaitán antes y después de su asesinato. Personajes del mundo del deporte como Raúl Rossi y del mundo de la farándula como la única Miss Universo que hemos tenido la señorita Caldas Luz Marina Zualuga, El trío Los Panchos, y el presentador Pacheco entre. Pero a él le interesaban no solamente esos personajes públicos, sino también los personajes anónimos como los “gamines” de Bogotá que fotografió tantas veces sin ningún afán altruista como esa foto que él título: “Sin futuro” (1971), donde vemos a un niño sentado en un andén del centro de Bogotá con la mano sosteniendo su rostro de mirada desoladora.
Manuel H. también fue testigo de hechos históricos transcendentales de nuestro país: el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán y la revuelta popular que siguió a este hecho conocida como el Bogotazo (1948) donde buena parte de la ciudad fue destruída; este hecho hizo que Manuel H, se convirtiera en reportero para la prensa. La caída de Rojas Pinillas en 1957 también fotografiada. Su lente captó la acelerada transformación urbana de Bogotá: en estas fotos podemos ver las famosas salas de cine de los años cincuenta como el Teatro Colombia (hoy Jorge Eliécer Gaitán) y el Teatro México, o el Olympia de los años ochenta. La construcción de la torre de Colseguros que reemplazó el tímido edificio de dos plantas de Icollantas (1964) y la construcción de las Torres del Parque (1970). Las fotos de hechos cotidianos como el desbordamiento del río San Francisco también era capturado en su lente momentos memorables como la venida del Papa Pablo VI (1969) y la visita de los Reyes de España (1976) o una corrida en la antiguo Chapinero en una improvisada plaza de toros frente a la Iglesia de Lourdes (1962). La historia de Bogotá y del país político y cultural fue congelada por Manuel H.
Su casa es hoy un verdadero museo donde se ven miles de fotos que tapizan los muros, cientos de cámaras que dan cuenta de su profesionalismo. Aún recuerdo su generosidad cuando nos invitó a seguirle al cuarto oscuro y nos mostró con revelar una foto. Ese personaje con esa melena leonina blanca, como la de aquellos genios que ya no existen, se ha ido pero nos ha dejado una huella imborrable que ha sido recogida en una mínima parte en una bella edición: “Manuel H: setenta años de reportería gráfica en Bogotá”. Editada por el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural bajo la Alcadía de Lucho Garzón. Un homenaje tardío pero justo a tiempo para un hombre que merece aún más. Sin lugar a dudas el país y toda la clase política y cultural que él inmortalizó le debe mucho a Manuel H. Esperemos que la Historia lo ponga en el lugar que se merece. Mientras tanto qué en paz descanse.
Ricardo Arcos-Palma. Bogotá, 19 de septiembre del 2009.
www.manuelh.org
http://www.citytv.com.co/videos/23622
http://www.eltiempo.com/participacion/blogs/default/un_articulo.php?id_blog=4036597&id_recurso=450018633&random=9973
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