Vistazo Crítico 45: Pedro Manrique Figueroa

El verdadero rostro de Pedro Manrique Figueroa (archivo de la familia Ospina) Cualquier parecido con su "autor" es pura coincidencia

PEDRO MANRIQUE FIGUEROA: UN VERDADERO MONSTRUO.
o sobre el autor, su muerte, el patrimonio familiar y otras elucubraciones domingueras.
Por Ricardo Arcos-Palma


Hoy domingo, he decido hechar un vistazo crítico sobre Pedro Manrique Figueroa. De entrada, sé que saldré perdiendo, pues cómo realizar un vistazo crítico (además que en estos tiempos la crítica parace haber muerto, por capricho de ciertos artistas) sobre una obra tan compleja de asir y luego de haber comido un delicioso conejo a la mostaza? Pero bueno voy a intentarlo así se nos caiga el cielo encima y nos dé indigestión.
Pedro Manrique Figuroa es una extraña y compleja criatura, mezcla de un militante maoísta y de un artista moderno, salida de uno de esos oscuros laboratorios (por aquello del cine y el teatro... no me malinterpreten) donde se deseó crear a imagen y semejanza, esos famosos monstruos, como Frankenstein. Ahora nadie parece negar que él es el resultado del más ingenioso laboratorio familiar, nacido quizá en una noche de luna llena o entre el bullicio de una corrida de toros. Ahora, se le erigen efigies, se le rinde homenajes, se le hace restrospectivas insolentes, se le cita aquí y allí, se le ha hecho un lugar en EL Tiempo y el Espacio y, le hacen películas, como para no olvidar que el mundo del arte es una verdadera comedia. Todos parecen haberle conocido, todos le odiaron en un momento, como lo demuestra esa entrevista concedida en vida, pero nunca publicada por la crítica de arte de moda en el país, por aquella época, Marta Traba.
Ahora en una extraña atmósfera, donde se grita a los cuatro vientos la muerte del autor, se le dan los créditos a su creador (por no hablar de autor, pues se me expulsaría a los mismísimos infiernos): "El asunto es incómodo pero toca hablar de créditos, que no es equivalente a hablar de autoría. El crédito de Manrique no es mío. Manrique es la vida y obra de Lucas Ospina", dice François Bucher en su texto El Whisky y la coca-cola, distribuido recientemente en Esfera Pública y quien además ha participado en la "autoría" de PMF.
Pedro Manrique Figueroa un verdadero affaire de familia, donde el ingenio modernista de su creador, Lucas Ospina, nos recuerda a un Fernando Pessoa o a un Gordon Graig, guardando las proporciones claro está. Aun recuerdo la primera vez que sus obras (las de PMF por supuesto) se expusieron en la Sala SantaFe del Planetario Distrital. Me pregutanba: "Cómo es posible que ni Ivonne Pini, ni Alvaro Medina ni tampoco Lilia Gallo, mis profesores de Historia del Arte por ese entonces, no me habían hablado de ese monstruo "precursor del collage en Colombia?"". La censura pensé, que era la única que había caído sobre aquellos quienes creían en el arte y en la política en un país como este. Pero, días después en una fiesta, donde se hablaba de todo, hasta de arte, alguien me dijo, comentando la exposición, que ese pesonaje era ficticio, y que su "autor" era LO. Brillante y "original" idea pensé en ese momento luego de reponerme del engaño del que fuí victima gracias a las complicidades de Jorge Jaramillo, quien hizo posible tal montaje.
Apróximadamente doce o trece años después, seguimos oyendo de PMF. Ya le consideran patrimonio colombiano, como lo dice el propio Luis Ospina hablando de su película "Un tigre de Papel" dedicada a PMF, o como lo confirma su sobrino Lucas Ospina en sus frecuentes e intermitentes mensajes por esfera pública. Se le han dedicado tesis de doctorado, artículos en revistas especializadas de arte (Valdez) y en periódicos, se hacen curadurías, se le lleva a Documenta, es decir una verdadera puesta en escena. Pero acaso, eso no es lo propio del mundo del arte en la era de la industria cultural?
Pedro Manrique Figueroa es un vedadero dispositivo teatral, que de eso no quede la menor duda. Hay que nacer, crecer y reproducirse entre máscaras, vestuario, roles, luces, cámaras y demás decorado, para poder crear un tal monstruo. Es decir en un laboratorio donde la ficción, se mezcla promiscuamente con la realidad. Ahora que PMF ha sido llevado al cine, su ficción se ha convertido en realidad, así la frontera entre documental y cine de ficción sea infraleve. Quizá muy pronto le veamos en un monólogo magistral de Sebastian Ospina en el Teatro Nacional, o en camisetas, lápices, etc. Resta decir, que tendremos para rato a PMF. Qué viva la familia O y larga vida a PMF!


pd: uno de mis estudiantes que hacen parte del semillero de jóvenes investigadores de Grupo de Investigaciones de Ciencias del Arte, ha descubierto en los archivos del Museo de Arte de la Universidad Nacional, un manuscrito firmado Pedro Manrique Figueroa, donde el desaparecido artista deja constancia del pleno poder sobre sus obras, entrevistas, libros, obras de teatro, películas, fotos, camisetas con su imagen, lápices con sus iniciales y demás souvenirs, a la familia Ospina.
El poder fue autenticado en la notaria primera, dos días antes de la muerte del artista, y da FE de la autenticidad del documento, el primer notario Dr. Lizandro Ospina tío del artista L.O.
pd2: enviamos la foto que encontró el jóven investigador de Pedro Manrique Figueroa, para que alfin se vea el rostro de este famoso artista, creado a imagen y semejanza de su(s) creador(es).

Comentarios

Pedro Manrique Figueroa hombre extraño y provocador de mucha intriga es convertido hoy como un héroe con fuerte influencia juvenil y dentro de aquellos idealistas que aun creemos que esto puede cambiar.