MALCOLM X en la escena.
Cuando nos referimos al teatro, no podemos dejar de pensar en la acción. El teatro como lo bien lo planteó Antonin Artaud, es la vida misma. Para el dramaturgo y poeta francés, la vida es cruel. Por lo tanto el teatro también debe serlo. Mohamed Rouabhi hombre de teatro y director del grupo Les Acharnés ( Los encarnizados ), no se reclama propiamente del Teatro de la Crueldad artaudiano. Sin embargo, su más reciente puesta en escena nos hace pensar en la crueldad ejercida por un sector de la sociedad hacia otros individuos.
Malcolm X se presentó al público en el Théatre des Arts www.lapostrophe.net (L'apostrophe) de Cergy-Pontoise los dias 12 y 13 de abril. La escenografía es minimalista: algunas sillas rojas dispuestas en frente al espectador, como creando la ilusión de espejo, donde el espectador se ve en la escena o donde el actor observa al público. En el extremo izquierdo una fachada que simula un interior americano de la época: la radio, una lámpara entre otros objetos. En el otro extremo vemos una maleta. Al frente y hacia los lados hay dos micrófonos antiguos y al fondo al centro un estrado para el orador con dos micrófonos. Un juego de luces, que deja respirar la penumbra. Una pantalla de video al frente.
La obra gira en torno al lider negro estadinense asesinado en 1965. Rouabhi protagoniza Malcolm X. Fragmentos de sus discursos son enunciados mientras algunas imagenes se mesclan intermitentemente con el personage. Frases contra la segregación racial, contra la violencia, inundan la sala al mismo tiempo que imágenes del Ku-kux-klan y de la propaganda racista divulgada por los medias de la época en los Estados Unidos, desfilan frente a nuestros ojos.
De repente el silencio del orador, los dos microfonos dispuestos al frente se iluminan y se inicia un canto de rap cruzado: sus palabras hacen alusión al presente. Hay tres intervenciones de los raperos durante la obra: la primera se titula: El 4° PODER o las transfiguraciones etno-políticas a través de las infrastructuras de comunicación. El canto del rapero fiel a su tradición, denuncia la manipulación de los medios por parte del poder: "De los antiguos comportamientos políticos a las nuevas estrategias mediaticas". El refran dice: "La manipulación de la imagen es una postura estrategica en la guerra que nos opone a las fuerzas represivas". La segunda intervencion KREYOL: una mescla de rap et hip pop canta el desarraigo de aquél que sufre por la ausencia de identidad: una cantante negra comienza su canto asi: "Yo sufro de crisis de identidad, mi cultura se ha ahogado, mis raices enterradas..." y lo termina de esta manera: "Es la historia del Negro sin historia, sin espejo, que es blanco sin saberlo / Un animal que llevamos al matadero. En un navio fantasma donde no hay nadie frente al timón, / El escruta el horizonte buscando un faro". En la tercera intervencion INDEPENDANCE: aquí se narra y se denuncia la posición del colonialismo, existente segun ellos hoy mismo. El canto termina así: "Ellos trasnformaron lo que era antes el colonialismo en nacionalismo, / Dulcemente, sabiamente, ingeniosamente./ Pero nosotros queremos ser y seremos independientes".
Si existe algo importante en esta obra es que se presenta en un momento donde el racismo sigue siendo fuente de odios y discordias. En la famosa banlieu o periferia de la gran mayoria de las grandes ciudades francesas como París, un buen número de habitantes son de origen extranjero: antillanos, árabes y africanos, donde las antiguas colonias francesas estaban establecidas. Los actores vienen de la banlieu. Inés cantante creol, D'y Spike, raperos y el director Rouabhi. Esta obra tiene la virtud de rescatar la memoria y ponerla al servicio del presente, en un país donde el nacionalismo y la extrema derecha intenta imponerse. El discurso de Malcolm X, sigue siendo de gran actualidad. Los problemas no han desaparecido, simplemente han cambiado de nombre. Obra altamente crítica, donde el mismo inmigrante es confrontado a su propio desarraigo. La sola posibilidad frente al racismo: el reconocimiento del otro en la diferencia, sabiendo que el ser humano es el mismo y uno solo al fin de cuentas. El teatro visto de esta manera nos recuerda que el arte es absolutamente político.
Ricardo Arcos-Palma.
París, 14 de abril del 2002.
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