Vistazo Crítico 13: El Salon de la "Jeune Creation"



El Salon de la Jeune Creation.

Por esta época en el grand Halle de la Villete en Paris, se encuentra abierta la exposición del Salón de la Joven Creación. Un salón que lleva bastante tiempo generando espacios de exposición. Para participar en él, los artistas responden a una convocatoria abierta. Luego la selección se realiza mendiante el fallo de un jurado. Hasta aquí nada nuevo de lo que estamos acostumbrados a ver.

Sin embargo, hay algo que llamó mi atención: una cierta diversidad en las obras expuestas, como para asegurar la pluralidad. Existe al respecto una evidencia: el arte no solamente deviene fotográfico como lo anunció en los setenta Rosalind Krauss, sino que parece ser ahora que es fotografia en esencia. Hay toda una cantidad de obras que tienen como soporte la fotografía, hasta el cansancio.

Es evidente que la fotografía juega un papel fundamental en el arte contemporáneo. Basta con ver la obra de Pierre y Gilles por ejemplo. Pero me parece que en este momento es suficiente con exponer no importa que tipo de fotografia y eso basta, para creer que se trata de una obra de arte.

La pintura es escasa en el salón y se reduce a una serie de simulaciones de un cierto arte neo-pop de los 80. Practicamente nada de nuevos medios, cosa bastante extraña, teniendo en cuenta el desarrollo del arte en este campo durante los últimos años, luego de Bill Viola, Nam Jung Paik, Julia Herst y Dan Graham.

Me llamó la atención también la presencia de algunas obras que aluden a lo ecologico como la de Antonio Gagliardi quién fue premio el año pasado. En su trabajo realizado de una manera magistral, vemos una relación a la tierra bien particular. La tierra tiene la medida del cuerpo humano. Por ejemplo el nos muestra un par de botas de caucho como las que utilizan los pesacadores las cuales sostienen no un par de piernas, sino un paisaje en miniatura: jardín japones con pequeños árboles. Otra de sus obras es una estructura en madera hecha para llevarse en los hombros. La estructura sostiene otro jardín de unas dimensiones extraodinarias. En los dos casos, el hombre está ausente, aunque la metáfora es magnifica: llevar la tierra en la espalda, o llevarla en sus pies con sus pasos... Una obra realizada con el pasar del tiempo (mientras cada planta, hierba y pequeño árbol crece bajo el cuidado del artista), a la medida del ser humano. Una obra que nos recuerda que aun existe tierra que debemos cuidar.

La otra obra que llamó mi atención fue la de Elisabeth Openheimer. En su In the Collection of Dr. A. Fernandez vemos una serie de "ventanas" que encierran en la transparencia del vidrio varios pétalos de diferentes flores, clasificadas cuidadosamente. Al lado de cada pétalo encontramos el nombre de la flor. El resultado, es un trabajo lleno de color natural, que escapa de lo superficialmente bello para proponer una obra altamente interesante desde el punto de vista conceptual.Entre la clasificación y la escenificación, esta obra se sitúa dentro de lo ecologico generando un isla dentro de tanta obra que se queda en la superficialidad de lo fotográfico por lo fotográfico y la la instalación sin fundamento.

Ricardo Arcos-Palma.
Paris, 17 de febrero del 2002.

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