Vistazo Critico 169: VIRTUALIDAD Y RELACIONES HUMANAS. La amistad.


VIRTUALIDAD Y RELACIONES HUMANAS. La amistad.
Materialista que soy, es decir marxista, siempre tuve cierta aprehensión con el asunto de la virtualidad. Aunque la tecnología siempre me ha seducido, veo que en los últimos años, las relaciones humanas cada vez más están mediadas por lo virtual. Tiene sus ventajas no lo puedo negar; acorta la distancia cuando las personas están lejos y facilita la comunicación e intercambio. Pero también tiene sus desventajas y sobre esto es lo que voy a referirme en una serie de elucubraciones. Comenzaremos sobre la amistad. Esta palabra de origen latino, amicitas está íntimamente vinculada a la palabra amicus, amigo, que a su vez se relaciona estrechamente con la palabra amore, amor. La amistad es próxima al amor. No en vano se le hado dado en estos tiempos de consumo desmesurado el tinte banal de dedicarle un día al año: el día del amor y la amistad. Donde paradójicamente ya nadie se acuerda ni de los amigos y mucho menos de los amores. Simplemente se acuerdan que hay que consumir lo que el mercado imponga.
La amistad es algo profundo y no superficial igual que el amor. Por eso podemos amar a muy pocas personas y podemos contar los amigos con los dedos de la mano. La amistad es cosa seria así como el amor, así los amigos se la pasen «mamando gallo » o « tomando del pelo » digamos mejor, para evitar otras interpretaciones de orden sexual según el país.
La amistad se puede cantar y el amigo por ende puede ser un canto, como el que entonaba Roberto Carlos, quien con un optimismo sin igual coreaba «…yo quiero tener un millón de amigos y así más fuerte poder cantar ». Claro esta es una bella esa canción, pero nuestro querido cantautor no conocía internet. Hoy se puede tener no un millón pero miles de amigos, como en facebook o instagram pero les aseguro que ni con cinco podrías cantar fuerte. Si esa es la cruda realidad, que al mismo cantante lo enviaría directo al manicomio.
La amistad se extiende a los animales; de ahí que se diga sin dudarlo que « el mejor amigo del hombre » es el perro. Y deberíamos incluso para ser incluyentes, que « la mejor amiga de la mujer es la perra ». Y ojo que no estamos invocado al pelmazo de Balvin. La amistad, forzando nuestro raciocinio es femenina, su animus diría Gastón Bachelard quien mucho antes de la moda de género, descubrió que las palabras tienen alma femenina o masculina, incluso pueden tener algo de los dos, una especie de hermafroditismo gramatical que supera el binarismo primario. Cuanta falta hace leer hoy a Bachelard.
La amistad entonces caros « amigos » de facebook y de las redes sociales, que lejos de conectarnos nos tienen bien atrapados, y como no si una red sirve para eso, sino pregúntenle a un pescador, en estos tiempos escasea. Es una perlita rara. En esta época de la cibercultura y de la tecnocracia he llegado a dudar si realmente se tiene amigos.
Se ha creado la ilusión y el simulacro de la amistad, que incluso los amigos de verdad han casi desaparecido detrás de la luminosa pantalla del celular o el computador. La amistad que es de carne y hueso ahora se reduce a un nombre y unos cuantos emoticones. Y se me está saliendo el hippy que nunca estuvo en mi pues fui más punk que hippy, pero aún así me dan unas ganas locas de salir a abrazar un árbol. Al menos este generoso ser no extenderá una de sus ramas exigiendo un « sano » distanciamiento social que tanto a fracturado la amistad en estos tiempos pandemicos. Y se han salido con la suya pues con los golpes acertados que ha recibido la pobre amistad, los tecnócratas saben que pueden seguir dominando el mundo. Un mundo sin amistad y sin amor es puro simulacro diría Jean Baudrillard, irrealidad pura, anestésica diría Susan Buck-Morss, es decir pura virtualidad.
La amistad-amor es lo que hace el mundo real, material. Por eso mi enfado con este mundillo postizo donde la amistad ahora sí que es una perla rara.
Ah querido Alberto Cortes, quién diablos iba a imaginar que en estos estupidos tiempos, tu frágil barco de papel, lo arrasó una tempestad llamada progreso, y como ya no tiene ni capitán ni timonel, ni tiene corazón. Ya no le adedudamos nada a los amigos, pues se han convertido en virtualidad pura.
Querido Fernando Pessoa, a que tu ya intuías a que nos enfrentaríamos, por eso quizá le cantaste en tus poemas tanto a la amistad y creaste esa cofradía de heteronimos, que nunca te dejaron solo, pues ellos sí sabían que era la amistad: lealtad, fidelidad, sinceridad… «Tengo amigos para saber mejor quién soy yo, pues viéndolos locos, bromistas y serios, niños y ancianos nunca me olvidaré de que la normalidad es una ilusión estéril». Dicho todo lo anterior a este ritmo donde los amigos escasean, ya no sabremos quienes somos.
Ah vaina! Lo que me haces decir luna hermosa que hoy estarás llenita y a las dos de la madrugada estarás en un bello eclipse rojo. De lo que sí estoy seguro es que lo único que salva la amistad es el philos, ese amor fraterno que crea fraternidad. Si no hay fraternidad el frater, no hay amistad y mucho menos amor. Por eso mismo amo la sabiduría, sophos o Sofía, que nos permite encontrar la lucidez y la sabiduría. Sin ella todo está perdido.
Ricardo Arcos-Palma
18 de noviembre del 2021.

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