VISITA AL TALLER DE GUSTAVO SANABRIA
Por Ricardo Arcos-Palma
Gustavo Sanabria, Orlando Salgado y Pablo Acosta Lemus. Archivo Vistazos Críticos 2006.
En estos tiempos de la cybercultura, donde se proclama a los cuatro vientos la muerte del autor, la desaparición del museo, el fin de las utopías, donde todo lo que huele a moderno es a proscrir, donde precisamente ese espacio de creación que es el taller está en vías de desaparición, vale la pena re-visitar ese espacio vital para algunos artístas contemporáneos. Es así que nos dimos una vez más cita una serie de amigos (Efren Rodriguez, Pedro Torres, Orlando Salgado, Pablo Acosta Lemus y Javier Tellez) en el taller de Gustavo Sanabria, artista y docente de la Academia Superior de Artes de Bogotá. En ese espacio situado en una antigua casa, a algunos pasos de la plaza de Bolivar hacia el occidente, junto a las tiendas de prendas militares, tipografías, zapaterias, almacenes de cachivaches y uno que otro cafetín detenido en el tiempo, se encuentra Gustavo trabajando incansablemente en sus proyectos. Cuando atravezamos el patio central y nos adetramos por un pasadillo resguardado por una reja, que siempre esta abierta para sus alumnos (y alumnas) y diferentes visitiantes, nos encontramos con un espacio completamente lleno de obra por todas partes: obra en proceso, que parece imbadir todo el espacio, obras fragmentos que dan cuenta de un trabajo incansable.
Alrededor del salón central se encuentran una serie de "habitaciones" adaptadas en déposito de sus obras y en un taller de grabado, al igual que en el segundo piso. Lo que me sorprende de este espacio, es que siempre hay algo que ver. cada vez que llegamos, vemos una nueva obra, así sea en proyecto, pero siempre sucede algo. Y eso es lo que hace agradable ese espacio: siempre hay un acontecimiento que rebasa lo puramente artístico. En esta ocasión, el reencuentro de viejos amigos, nos permitió redescrubrir ese espacio generoso en arte, donde la obras no solamente se contemplan sino que se pueden vivir, como si uno mismo hubiese sido su artifice. Fue agradable ver subido a Pablo en una de las obras de Gustavo que parecía tan frágil, no solamente por la referencia conceptual (la crísis hospitalaria en el país) sino también por el material conque estaba hecha: cerámica. Luego de esa acción ejecutada por un artista-historiador (Pablo Acosta), es decir por alguien que se atreve a comprobar la sólidez de la obra, en todo sentido, podemos concluir algo: la obra de Sanabria es una obra que soporta todo y eso de una manera provocadora, me hace pensar que podrá soportar las ligerezas del arte contemporáneo para situarse en la historia. No estás de acuerdo Pablo?
Pablo Acosta y una de las obras de Sanabria. Archivo Vistazos 2006.
El taller, así parezca en vías de desaparición, sigue siendo un lugar vital donde las ideas cobran forma y fuerza conceptual. Pocas veces podemos ver una obra en proceso y eso aquí podemos experimentarlo con mucha facilidad. Cierto, cuando entramos, Sanabria deja de trabajar, pero nos da la impresión que su obra sigue su camino bajo nuestra mirada asombrada: sus grabados, sus diferentes esculturas hechas en cerámica: paletas gigantes, extintores y cámaras de vigilancia y botellas de coca-cola en puro metal, sus "muñecas" testigas de momentos críticos del sistema hospitalario, donde Gustavo pasó buena parte de su vida trabajando como enfermero hasta que un buen día el hospital no abrió más sus puertas, por falta de presupuesto. (Lógicamente estamos hablando de un hospital público). Ese es el taller de Gustavo, impecablemente ordenado, dentro un desorden propio de un lugar de trabajo, lleno de generosidad artística, donde la cración sigue teniendo sentido.
Afortunados sus alumnos y alumnas que pueden visitar ese magnífico espacio; afortunados nosotros sus colegas y complíces amigos, quienes podemos re-visitar una y otra vez un tal espacio, lleno de camaradería, de energía poética, de fuerza creadora. Pues si hay algo que sorprende en ese taller es ver como lo incansable deviene obra, como las ideas cobran forma, como el arte es vida, como la amistad deviene un lugar y no solamente algo efímero.
07/01/2006. Afuera aun llueve.
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Cordialmente desde España
Juana Sanjinez